Hace unos días una pequeña niña en Siria conmovió al mundo entero cuando, confundiendo una cámara de fotos con un arma, alzó los brazos en forma de rendición, y ahora una historia similar se repite, lo que demuestra la terrible manera de cómo se vive en dicho país. Un trabajador de la Cruz Roja fotografió a una pequeña siria en un campo de refugiados en Jordania, quien también confundió la cámara con un arma y entre lágrimas se rindió. El fotógrafo, René Schulthoff, narró que la toma la realizó en noviembre del año pasado. “Se me llenaron los ojos de lágrimas cuando la vi de esa manera en mi ordenador. Me conmocionó su reacción, el miedo y el verla llorando… Es una tragedia para esta joven generación”, dijo Schulthoff, y explicó que no sabe ni quién es la niña ni su paradero actual. La niña es uno de los 17.000 refugiados que alberga el campo de Azraq en un oasis a 100 kilómetros al este de la capital jordana, Amán.