Médicos mexicanos atienden en Brasil a desfavorecidos en áreas remotas

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Cuando la joven doctora mexicana Melina Mariscal reflexiona sobre por qué se instaló en Brasil en agosto de 2013, bromea y dice que “todo fue culpa de su madre”.

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“Vio un anuncio en el diario La Jornada de México en el que pedían médicos en Brasil y decidí probar suerte”, explica a Notimex esta licenciada por la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de Cuba.

“Venir a Brasil fue un reto bien grande, pero siempre quise ser una doctora internacionalista”, explica Mariscal, entrevistada a orillas del océano Atlántico, en la ciudad de Sao Luis, capital del norteño estado brasileño de Marañao.

Llegó al país sudamericano hace 20 meses en el marco del programa “Mais Medicos” (“Más Médicos”), iniciativa del gobierno brasileño para destinar doctores de forma permanente a zonas remotas, de escasos recursos o con falta de atención médica.

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El programa prioriza a los médicos brasileños –residentes dentro y fuera del país-, pero como en las primeras tres convocatorias no se llenó el cupo con nacionales, llegaron miles de doctores de todo el mundo, en especial de Cuba, con el que Brasil mantiene un convenio especial.

En el caso de México, se integraron al programa 25 doctores, quienes están repartidos en 12 estados brasileños -algunos tan aislados como el Amazonas o Roraima, que hace frontera con Venezuela y Guayana-, según datos proporcionados a Notimex por el Ministerio de Salud de Brasil.

Los médicos reciben una retribución mensual neta de unos tres mil 500 dólares más variables, según testimonios recogidos por esta agencia.

Mariscal asegura que no ejerce en Brasil por dinero, sino por vocación, y explica que la elección de Marañao –segundo estado del país con menor índice de desarrollo humano- le ha llevado a conocer una realidad completamente distinta.

“A veces veo enfermedades que sólo conocía por los libros, como la lepra. Y al ser médico familiar tengo que hacer un trabajo comunitario, visitando a pacientes en sus casas, como embarazadas por ejemplo, para hacer promoción de la salud”, señala la mexicana, quien atiende a unos 300 pacientes al mes.

Otro de los doctores mexicanos que decidió echarse la mochila a la espalda y llegar a Brasil fue Darío Martínez, nacido en la ciudad de México hace 36 años y destinado a la localidad de Passos, en el estado de Minas Gerais (sudeste).

Entrevistado por esta agencia, explica que tras estudiar en Cuba y trabajar en Venezuela, pensó que “ejercer la medicina comunitaria en Brasil era lo mío”, por lo que se comprometió a un contrato de tres años para laborar en este país sudamericano.

“Damos una atención médica allá donde el sistema no llega. Se trata de movilizar doctores a zonas a las que nadie quiere ir”, señala.

Martínez coincide con Mariscal en el hecho de que en Brasil “se ven cosas que no se ven en otras ciudades” por la “desatención médica y las condiciones básicas de salud” en algunas zonas.

Sin embargo, reconoce la “voluntad política de Brasil de llevar la salud a la población”, a pesar de que los profesionales extranjeros tienen “su actuación muy limitada” por cuestiones burocráticas y por presiones del gremio privado de médicos.

Lanzado en julio de 2013 por la presidenta Dilma Rousseff, el programa “Mais Medicos” ya movilizó a 14 mil 500 doctores en casi tres mil 800 municipios de todo Brasil, según datos del Ministerio de Salud correspondientes a finales de 2014.

De esa cifra, 11 mil 429 son cubanos, mil 187 extranjeros de otra nacionalidad y el resto brasileños, lo que refleja el poco interés inicial de los médicos nacionales por atender zonas remotas del país.

El objetivo es que este año el número de doctores –entre brasileños y extranjeros- supere los 18 mil, logrando una cobertura de 63 millones de brasileños repartidos en cuatro mil municipios y 34 distritos indígenas.