La Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó el atentado contra la población civil ocurrido en Jalalabad, Afganistán, que causó la muerte de al menos 35 personas. El atentado que también dejó al menos un centenar de personas heridas, fue asumido por el grupo terrorista Estado Islámico (EI). Respecto a este primer ataque de este tipo que comete la organización yihadista en Afganistán, el presidente de este país, Ashraf Gani, dijo en un discurso: "¿Quién ha asumido el mortífero atentado de hoy en Nangarhar? Los talibanes no lo han hecho. El Daesh (el acrónimo en árabe del EI) lo ha asumido". Horas antes, el EI había reivindicado el atentado en un mensaje remitido a la agencia local Pajhwok por Shahidulá Shahid, exportavoz del principal grupo talibán paquistaní, el TTP, que fue cesado a finales del año pasado por mostrar su apoyo al EI, y que ahora ocupa el puesto de portavoz regional del grupo yihadista. El atentado suicida se produjo a primera hora de la mañana en la entrada del Banco de Kabul en Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, cuando decenas de personas, incluidos funcionarios del Gobierno, se encontraban allí para cobrar sus salarios. El presidente afgano afirmó que este tipo de acciones, sumadas a otras reivindicadas por el EI en Afganistán durante los últimos meses, como "decapitaciones y secuestros", son "signos de un nuevo tipo de guerra" y una "grave amenaza". Un portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, condenó el mortífero ataque en Jalalabad, y otro atentado sin víctimas, también hoy en la misma ciudad, a través de su cuenta oficial de Twitter: "Esta mañana dos bombas han golpeado a civiles frente a un templo y un banco en Jalalabad. Los condenamos y negamos nuestra participación en ambos”. Gani pidió a los talibanes, enfrentados al Gobierno central desde que fueron derrocados del poder por los estadounidenses en 2001, que dejen a un lado sus "diferencias políticas" con ellos, pues "son afganos y deberían estar con los afganos".