El atrevimiento no es pecado, y Yuri lo sabe. Por eso, después de tantos años de recato, la jarocha se atrevió otra vez a mostrar su lado sensual, enseñar pierna, proyectar imágenes audaces y hasta cantar una de las canciones que ella misma se había prohibido: “Déjala”. “Esta canción dejé de cantarla durante muchos años porque no me gustaba y no me gustaba, no me gusta lo que dice la letra… pero unos amigos me convencieron de volverla a cantar”, dijo a modo de presentación del tema. Con su tour “Invencible”, Yuri muestra su imparable evolución. Los años pasaron, el osito panda ya murió, pero ella sigue como en sus mejores tiempos y luciendo una voz inigualable que parece irse potenciando con el paso del tiempo… nada que ver con la “chochenta” (haciendo alusión a los 80) que ella se dice ser. Como dice su canción, pareciera que “no hay manera de parar su luz que brilla irreversible”. La bendición de ser madre La noche estuvo llena de sorpresas. Una de las más emotivas fue ver aparecer en el escenario a Camila, la pequeña hija de Yuri, con un enorme ramo de rosas rojas, como regalo de día de las madres. Yuri se puso en cuclillas, abrazó a su nena, la miró a los ojos, y entonces la niña no pudo contener la emoción y se soltó a llorar mientras le decía: te amo muchísimo. “Ella es el mejor regalo que Dios me ha dado”, explicó Yuri en su discurso de homenaje a las madres. “Ella sabe que no nació de mi panza, yo le he contado que yo fui a buscarla a un castillo donde había puras princesas, porque ella es una princesa del señor”, relató. “Yo nunca pensé que fuera a ser madre, porque me daba mucho miedo; soy muy valiente para unas cosas pero muy miedosa para otras, así que nunca pensé convertirme en madre. Pero los planes de Dios son muy distintos a los de uno”, compartió con las mamás ahí presentes. Si desea disfrutar del relato completo lo puede encontrar en la edición impresa de La Voz de Michoacán. A continuación un breve video sobre el ambiente que se "armó" en el concierto de Yuri, por Erika Conejo.