Carlos Casillas/La Voz de Michoacán Lázaro Cárdenas, Michoacán. La falta de oxígeno en las bocas de las Barras de Santa Ana y El Pichi, en la Laguna del Caimán, provocaron la muerte de miles de peces. La contaminación de las aguas está considerada como el origen del ecocidio. El titular del Departamento de Ecología Municipal, Luis Antonio Valdovinos, dijo que la mortandad de los peces, en su mayoría de la especie lisa, fue originada por la presencia de una gran cantidad de materia orgánico, proveniente en las descargas directas de aguas negras que se hacen desde las poblaciones de La Mira y Buenos Aires, a esos cuerpos de agua. Inspectores de su departamento realizaron un recorrido para constatar esta situación que fue denunciada por enramaderos del lugar, quienes han pedido apoyo para retirar los peces que ya expiden el olor a mortandad, causando molestia a la población que se dedica a la venta de alimentos en zonas aledañas a los lugares citados, así como a la pesca. Agregó que revisarán una estrategia de manera que involucren a la población afectada para que entre autoridades y ciudadanía, se pueda hacer un trabajo más ágil y retirar los animales muertos y a su vez mencionó que una de las especies que encontraron muerta, es también el llamado “pez diablo”. Explicó que si bien es un proceso natural que los peces se acerquen a las bocas de las barras en estas temporadas de lluvia, en espera a que se conecten e intercambien los flujos del mar con el estero, ello con la intención de reproducirse de manera masiva, explicó que mientras los peces “esperan” ese proceso, el estero arrastra a las bocas de los mismos, toda la materia orgánica que se acumuló desde la temporada de estiaje, y al tratarse de organismos vivos, consumen el oxígeno del lugar que de por si es poco, por la poca profundidad del agua, y el efecto del sol que clienta el agua. El biólogo Valdovinos Jacobo, dijo, sin embargo, que una vez que las barras de abre por el empuje del agua acumulada, lo que ya ocurrió en ambas, el intercambio de agua vuelve a la normalidad, por lo que el riesgo de que continúe este fenómeno, ya fue superado pero existe la probabilidad de que vuelva a ocurrir al no ser eliminada la fuente principal de contaminación.