México, DF.- “En el centro de Tokio se acaba de estrenar un sistema de vehículos eléctricos similar a ECOBICI en la Ciudad de México, pero en lugar de bicicletas, los ciudadanos pueden manejar uno de estos autos para recorrer de la estación más cercana del tren suburbano o metro a su lugar de trabajo. Un recorrido de 15 minutos tiene un costo aproximado de 4 o 5 dólares”, señala el doctor Héctor Erick Velasco Saldaña, dando ejemplos de algunas de las estrategias que han tenido que diseñar algunos países para tratar de controlar los altos niveles de contaminación del aire en sus ciudades, que según cifras de la OMS provocan la muerte de alrededor de 7 millones de personas anualmente en el mundo, sumando los efectos de contaminación en exteriores, como en interiores. Velasco conoce bien del tema. El doctor en ingeniería ambiental por la Universidad Estatal de Washington e investigador del programa Singapur-MIT Alianza para la Investigación y Tecnología, realiza investigación aplicada en calidad del aire y emisión de gases de efecto invernadero en ciudades con clima tropical y subtropical para generar información científica para el diseño de estrategias y regulaciones ambientales. Actualmente colabora con el Sistema de Monitoreo Atmosférico de la Ciudad de México. Desde Singapur, el investigador señala que en muchos países, México entre ellos, se han cambiado los combustibles para la generación de energía eléctrica. Se ha buscado usar combustibles “limpios” que tengan bajo contenido de azufre. “En otros países se quema solo gas natural, que entre los combustible fósiles es de los menos contaminantes, sin embargo países como China, Australia y EU aún queman carbón mineral, que representa una de las mayores fuentes de contaminación atmosférica”. EU comienza apenas a reconocer el impacto de este problema. En un estudio publicado por investigadores de las universidades de Harvard y Syracuse se calcula que se evitarían alrededor de 3 mil 500 muertes prematuras al año según los estándares de emisiones de carbono que se propusieron el año pasado para las 2 mil 400 plantas de energía alimentadas con carbón. El problema de la contaminación del aire también se traduce en cuantiosas pérdidas económicas. En un reporte publicado por la OCDE y la OMS a finales del mes pasado, se estima que este problema le cuesta sólo a los europeos alrededor de 1.6 trillones de dólares al año. Para más información consulte la edición impresa de este sábado