Grecia se encaminaba a un futuro desconocido mientras funcionarios contaban el domingo los votos de un referéndum en el que los griegos decidieron si aceptarán las demandas de los acreedores para adoptar más medidas de austeridad a cambio de nuevos préstamos de rescate, y tres encuestas de opinión mostraron una victoria estrecha del "no". El primer ministro griego, Alexis Tsipras —quien se juega el futuro de su gobierno de izquierda de cinco meses de edad en este referéndum convocado apresuradamente— insistió en que un "no" fortalecería su capacidad para negociar un mejor trato con los acreedores, mientras que un "sí" significaría capitular ante demandas demasiado duras. La oposición ha acusado a Tsipras de poner en peligro la membresía del país en el club de las 19 naciones que utilizan el euro y pidió que la ciudadanía vote por el "sí" porque equivale a conservar la moneda única. La votación se llevó a cabo en medio de restricciones bancarias impuestas el lunes pasado, a fin de evitar un agotamiento de capitales en los bancos. Las restricciones han hecho que los griegos formen colas en los cajeros automáticos de todo el país para retirar un máximo de 60 euros (66 dólares) por día. Los bancos estuvieron cerrados durante toda la semana y no se sabe cuándo van a abrir de nuevo. Todos los sondeos de opinión, realizados por las principales cadenas de televisión, mostraron que es probable que el "no" resulte victorioso, pero con una diferencia de apenas tres a cuatro puntos porcentuales. No se realizaron encuestas de salida en este que fue el primer referéndum de Grecia en 41 años.