Se informó que el Estado Islámico está comerciando las reliquias saqueadas en ciudades de Medio Oriente a través de eBay, WhatsApp y Facebook a fin de recabar fondos para financiar su guerra. De acuerdo con el portal Bloomberg que Amr Al Azm, profesor de Antropología e Historia del Medio Oriente en la Shawnee State University de Ohio, Estados Unidos, recibió en su teléfono un mensaje que le ofertó un jarrón mesopotámico con valor de 250 mil dólares que era parte de un lote similar y de gran valor aguardando comprador. Al Azm, quien fue director de los Laboratorios Científicos y de Conservación de la Dirección General de Antigüedades y Museos de Siria entre 1999 y 2004, respondió al número desconocido que estaba interesado en la pieza y preguntó sobre el procedimiento de adquisición. Un número diferente al anterior le respondió: la reliquia podría ser enviada por contrabando a través de Líbano. Traficantes de antigüedades lo asimilan como coleccionista y distribuidor y le ofertan piezas. El profesor se ha autoproclamado como "detective" de patrimonio arqueológico en el “mercado negro” y se dedica a dar seguimiento al comercio ilícito de piezas provenientes de Irak y Siria. De manera voluntaria o involuntaria, los compradores de piezas arqueológicas ilícitas están enriqueciendo las arcas de los extremistas islámicos. Al Azm dio a conocer al medio que los radicales crearon un grupo de administración arqueológica establecido en la ciudad tomada de Manbij, al norte de Siria, cerca de la frontera con Turquía, donde gestiona las ventas de los botines. "EI actúa como proveedor de una cadena compleja que involucra al menos cinco intermediarios y comerciantes", dijo al portal Michael Danti, asesor del Departamento de Estado norteamericano al referirse al tráfico de antigüedades de Medio Oriente en el mercado negro. "Los extremistas están estrechamente vinculados a las redes del crimen turcas en las ciudades fronterizas de Gaziantep y Akcakale", complementó. Una vez que las piezas se introducen de contrabando a Turquía, existe un amplio mercado de compradores y distribuidores dispuestos a adquirir las piezas, almacenarlas hasta por 15 años y venderlas una vez que los organismos internacionales perdieron la pista y desatendieron el tema. Arqueólogos estiman que actualmente unos 300 millones de dólares en piezas patrimoniales se están moviendo en los mercados negros de Turquía, Líbano y Jordania. Danti, quien también funge como profesor de Arqueología de la Universidad de Boston, dijo que ha visto un aumento en el número de imágenes subidas (a las diversas plataformas digitales) de tablillas cuneiformes y otros objetos, entre las que hay piezas falsas, como unas supuestas monedas grecorromanas. Por su parte, la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos dio a conocer que entre 2012 y 2013, cuando el Estado Islámico amplió su alcance, la importación de antigüedades al país norteamericano, procedentes de Irak, aumentó un 672 por ciento y las procedentes de Siria, un 133 por ciento. James McAndrew, quien trabajó durante 27 años para el Servicio de Aduanas y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, no espera ver el arribo a Nueva York o Londres de las piezas recientemente saqueadas, ya que, coincidiendo en lo que argumenta Michael Danti, los artículos permanecerán guardados por años para "lavar" su procedencia ilícita. McAndrew confía en las exigencias rigurosas de casas como Sotheby's y Christie's para no someter a puja alguna de las piezas procedentes del mercado negro, pero desconfía de las agencias de subastas privadas.