El tequila es una de las bebidas que siempre se relacionan con el orgullo mexicano, un trago que solo toman los conocedores de sus efectos, un sabor como el de ningún otro néctar, que nos reafirma como paisanos y nos hace tener ganas de gritar y celebrar tu nacionalidad. El tequila es un aguardiente que se fabrica en Jalisco, mediante un proceso de destilado del fermentado que se obtiene de la planta del agave azul, en el cual se encuentra una pequeña piña a la que se llama mezcal o maguey, pero en específico tiene una denominación de origen ¿qué es esto? Bueno la denominación significa que México y la región geográfica en donde se produce es originaria, con características exclusivas. De acuerdo con las categorías y la Norma Oficial Mexicana (NOM), el tequila con base en el porcentaje de los azúcares provenientes del Agave que se utilice en la elaboración del Tequila, se puede clasificar así: 100% de agave: Es el producto, que no es susceptible en la fermentación de ser enriquecido con otros azúcares distintos a los obtenidos del agave Weber variedad azul cultivado en el territorio comprendido en la Declaración (la Denominación de Origen) Para que este producto sea considerado como “Tequila 100% de agave” debe ser embotellado en la planta de envasado que controle el propio Productor Autorizado, misma que debe estar ubicada dentro del territorio comprendido en la Declaración, así lo señala la página del Consejo Regulador del Tequila. Tequila Es aquel producto en el que los jugos son susceptibles de ser enriquecidos y mezclados conjuntamente antes de la fermentación con otros azúcares hasta en una proporción no mayor de 49% de azúcares reductores totales expresados en unidades de masa. Solo se podrá incrementar el 51% de azúcares reductores totales con azúcares extra. De acuerdo con información del portal altonivel.com.mx en una entrevista con el catador y presidente de la Academia Mexicana del Tequila, Andrés Rodríguez, el tequila no se toma de golpe, se debe hacer despacio para disfrutar de sus olores y sabores, pues la retroalimentación con la bebida comienza en la nariz y luego en los labios, la boca y la garganta. 1) Tequila Blanco. Es el punto de creación para el resto de las variedades. El tequila blanco es transparente y claro se distingue por su sabor dulce, que es obtenido del agave cocido, pues tiene miel dulce. Los mejores en su tipo son el Tequila Revolución, Tequila 1800 y Tequila Campo Azul. 2) Tequila Reposado. Es el 70% del mercado, para obtenerlo la norma oficial indica que la sustancia debe haber pasado dos meses en madera, por lo menos. Gracias al tiempo que pasa en la barrica comienza a presentar notas de madera y aromas dulces y de vainilla. Los mejores son Tequila Leyenda del Milagro y Hornitos. 3) Tequila Añejo. Pasa en la barrica por lo menos un año y es por ello que tiene notas a madera, especias y vainilla, tiene un sabor más potente y los mejores en su tipo son El Tesoro de Don Felipe, Orgullo y Centinela. 4) Tequila Extra Añejo. Es el de sabor más complejo y los mejores en su tipo son Tequila José Cuervo Reserva de la familia y Tequila Revolución. 5) Tequila joven. Se obtiene de la combinación en frío de blanco y añejo o reposado, lo que provoca un sabor más avocado y suave para la boca.