Jesús, la esperanza ante el miedo

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Carlos Garfias Merlos

Arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia

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Ante las últimas catástrofes naturales, en las que están sufriendo muchos hermanos nuestros; afectados por los huracanes, los sismos recientes, en concreto el del 19 de septiembre pasado en nuestro país con magnitud de 7.1 grados Richter, me mueve hacer el llamado para mostrar a todos los afectados nuestra cercanía y sentido afecto, animarlos en la fe.

A todos ustedes hermanos los invito a orar y solidarizarnos. Me siento  hondamente conmovido lleno de compasión por las víctimas y heridos, así como por los daños materiales y cuantiosos desplazados en distintas entidades del país, especialmente en la Ciudad de México. Pido a Dios que otorgue el eterno descanso a los fallecidos, consuele a los afectados por tan lamentable desgracia e inspire en todos sentimientos de esperanza para afrontar dicha adversidad.

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Ante estos hechos naturales se abren muchas interrogantes ante la vida y ante Dios mismo. Pero el Señor nos ayuda a no tener miedo frente a las guerras, a las revoluciones y las catástrofes naturales, Él nos libera del fatalismo y de las falsas visiones apocalípticas. Jesús en variadas ocasiones nos invitó a “no dejarse engañar por falsos mesías y no dejarse paralizar por el miedo, a vivir el tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de la perseverancia”.

Nosotros estamos en este tiempo de la espera, de la espera y la perseverancia ante la venida del Señor. Estas palabras de Jesús son actuales en nuestro tiempo para quienes vivimos en el Siglo XXI y que estamos siendo testigos de tanto sufrimiento y dolor a causa de la naturaleza, de la violencia del hombre, de las guerras y la delincuencia. El vivir en el tiempo de espera de la venida del Señor nos interpela precisamente como cristianos: Jesús preanuncia pruebas dolorosas y persecuciones que sus discípulos deberán padecer, por su causa. Sin embargo asegura: ‘Pero no perecerá ni un cabello de su cabeza’. Nos recuerda que estamos totalmente en las manos de Dios, las adversidades que encontramos en la vida no deben alejarnos del Señor, sino impulsarnos a abandonarnos aún más en Él, en la fuerza de su Espíritu y de su gracia.

A pesar de los desórdenes y de los desastres que turban al mundo en nuestros días, el designio de bondad y de misericordia de Dios se cumplirá, esta es nuestra esperanza. El mensaje de Jesús de afrontar el miedo y la desesperanza nos hace reflexionar sobre nuestro presente y nos da la fuerza de su Espíritu para afrontarlo con esperanza y solidaridad.