Cuando no nos conocemos ni a nosotros mismos, más difícil resulta conocer a nuestra pareja. En la búsqueda para encontrar al hombre de su vida, Elvira realizará sin querer un viaje a su interior que le ayudará a prestar atención, entender, trabajar y reconocer aquellas cosas que no sabía de sí misma. Hablamos, por supuesto, de la película “Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando”, un “dramedy” (llamado así por su director por sus tintes de humor negro) cuyo tema tiene que ver principalmente con conductas muy mexicanas referentes al tema del abandono. Mañana su gran estreno. Y es que es muy típico de las mujeres mexicanas entregarse en cuerpo y alma y creerse el cuento del amor de pareja eterno, lo que provoca grandes catástrofes cuando una relación se pierde, pues con ella se desmorona todo el mundo, el futuro y el sentido de la vida. La película narra la aventura de una mujer desesperada en la búsqueda de su marido, quien salió a comprar cigarros y nunca regresó. Una noche cualquiera Gustavo, su esposo, salió de casa para no volver. Elvira, de 40 años y madre de dos hijos, comienza una incansable búsqueda del amor de su vida. Las pistas la llevan a la conclusión de que su marido ha mantenido una relación en secreto. El desafortunado descubrimiento no la detendrá en su misión de encontrarlo. Elvira es abandonada por su marido y, como buena mexicana, experimenta con gran intensidad el dolor, sufrimiento, angustia y desesperación de cuando la pérdida del ser amado acaba con el sentido de la existencia propia. Elvira es de esas que cree que su destino tiene un sólo camino, sin embargo la vida la sorprende. Para conocer el reportaje completo, consulta la edición impresa de La Voz de Michoacán.