La farmacéutica Valeant de Quebec, Canadá, compró hoy por mil millones de dólares la compañía que esta semana obtuvo autorización para comercializar al público el nuevo medicamento para estimular el deseo sexual femenino. El martes pasado la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó la comercialización y uso de Flibacerin, la llamada Viagra femenina, luego de dos rechazos anteriores. Valeant anunció el acuerdo “definitivo” con Sprout Pharmaceutical en un comunicado y apuntó que el medicamento que se comercializará con el nombre de Addyi, estará disponible en Estados Unidos en el último trimestre del año. “Poner a la disposición el primer tratamiento para una forma comúnmente reportada de disfunción sexual femenina nos da la oportunidad perfecta de establecer un nuevo portafolio de medicamentos importantes que impactan sólo a las mujeres”, señaló Michael Pearson presidente de la empresa canadiense. La farmacéutica Sprout, de 34 empleados y basada en Raleigh, Carolina del Norte, ha invertido alrededor de 100 millones de dólares desde su formación en 2011 para alcanzar la aprobación del medicamento, luego que compró los derechos a su antiguo dueño. Valeant hará un pago inicial de 500 millones de dólares en efectivo y otro por la misma cantidad durante el primer trimestre de 2016. La farmacéutica apuntó que Cindy Whitehead, directora de Sprout, permanecerá en Valeant para dirigir la división dedicada a la comercialización global de la “pastilla rosa”, como también se le conoce. Precisó que la pastilla será recetada por médicos y farmacias que serán certificados a través de programa de evaluación de la FDA para verificar su uso seguro. Person recordó que flibacerin no está indicado para aumentar la función sexual en mujeres post-menopáusicas u hombres. Subrayó que la FDA aprobó el medicamento con la advertencia de no administrarse en combinación con bebidas alcohólicas porque aumenta el riesgo de bajar la presión de manera severa. Críticos del medicamento han señalado que Addyi cambia el balance de neurotransmisores en el cerebro como la dopamina y la serotonina, a diferencia de Viagra que tiene un efecto meramente físico en el flujo sanguíneo genital masculino. Los opositores han advertido sobre la peligrosidad de los efectos secundarios reportados como baja en la presión sanguínea, náuseas, desmayos, mareos y somnolencia.