El medio centenar de atletas mexicanos que competirán en los primeros Juegos Mundiales Indígenas, que hoy se inauguran en Brasil, se preparan para competir por medallas en disciplinas como el tiro con arco, la carrera de fondo o el cabo de fuerza. Los mexicanos, que vienen desde Yucatán hasta Chiapas y son una de las delegaciones más numerosas, asistieron anoche a varios eventos de confraternización con etnias de otros países, como Filipinas, Argentina y Brasil. Uno de los atletas destacados en la primera “Olimpiada indígena” es el rarámuri Silvino Cubesare, un corredor de fondo que se destacó por ganar varios campeonatos de ultraresistencia en España y México, y que competirá en los 10 mil metros el próximo día 30. Destacado por correr ultramaratones de hasta 100 kilómetros en menos de nueve horas, Cubesare aseguró ayer a Notimex que “no necesita entrenar” para competir en la categoría de 10 mil metros, en la que participará con huaraches, las típicas sandalias de la etnia tarahumara. Originarios de la Sierra Madre Occidental, los tarahumaras son célebres por sus resistentes corredores de fondo, que han sido considerados en ocasiones como los mejores atletas en categorías de distancias extremas (por encima de los 42 kilómetros del maratón) del mundo. “Espero terminar los diez kilómetros con un tiempo de unos 35 minutos”, explicó Cubesare. En estos Juegos Mundiales Indígenas, los primeros internacional del género y en el que participan cinco mil atletas de etnias de todo el planeta, México también tendrá representación masculina y femenina en la categoría de cabo de fuerza, donde una numerosa delegación veracruzana participará desde mañana en las competencias. “Esperamos colgarnos una medalla al cuello. Vamos a pelear por ello”, señaló la veracruzana Anel Sbeidy, que junto a sus compañeras ya está en Brasil para competir. Además de las competencias oficiales, México llevará a cabo demostraciones culturales típicas de sus etnias, como la pelota Mixteca y la pelota Purépecha, durante los Juegos, que terminarán el 31 de octubre. Con un presupuesto de unos 24 millones de dólares, los primeros Juegos Mundiales Indígenas son un proyecto brasileño inspirado en competencias que el país sudamericano organiza a nivel nacional desde 1996 para revalorizar su diversidad cultural y étnica. El evento no está exento de polémica y, al boicot de algunas etnias brasileñas que protestan por la pérdida de territorios, hoy está convocada una manifestación en la ciudad de Palmas durante la ceremonia de apertura contra la presidenta Dilma Rousseff.