Con marco de oro se presentó el homenaje al músico Eugenio Toussaint (1954-2011). El altar del templo dedicado a San Diego sirvió de escenario para el recital protagonizado por el Coro del Estado deMéxico y diversos solistas. Saxofón, arpa, marimbas, flauta de pico y hasta cuencos tibetanos fueron parte del concierto presentado por el Festival de Música de Morelia (FMM) "Miguel Bernal Jiménez". Post tenebras lux fue denominado el programa, nombre que se tomó de la pieza principal de la noche, compuesta por Toussaint en 1997 y que sólo había tenido una audición, en la clausura del Festival del Centro Histórico, evento para la que fue encargada la pieza al músico mexicano quien cultivó tanto la música para publicidad, jazz y de concierto. El íntimo recinto favoreció la comunicación de los músicos y la audiencia. El concierto que fue de lo clásico a lo moderno. Comenzó con el Réquiem de Gabriel Fauré (18451924), cuyo padre murió en 1885, por lo que le dedicó la obra que compuso entre 1886 y 1888, fue interpretada por primera vez en a comienzos de 1888 en unos servicios fúnebres, y unos meses después como concierto. La pieza consta de siete partes cantadas en latín: Introit et Kyrie, Offertoire, Sanctus, Pie Jesu, Agnus Dei et LuxAeterna, Libera Me e In Paradisum. El magnífico coro siguió con un tributo a Bernal Jiménez (19101956) con un Aleluya de su autoría. Para continuar con A volcano mouth para tres marimbas de Jo Kondo (1947), que sumergió al lugar en una burbuja de sutiles sonidos; además del Cantique de Jean Racine para coro mixto y órgano, también de Fauré. Cada una de las interpretaciones fue una grata sorpresa para los reunidos en el templo, que resultó tener la acústica ideal. Finalizaron con -un poco escuchado en las iglesias mexicanas Demos gracias al señor (de La pasión según San Marcos) de Osvaldo Golijov (1960), en el que mezcla estilos de música latina y africana. La obras está basada en la canción del cantautor argentino Víctor Heredia Todavía cantamos, a la que se pusieron textos extraídos de los salmos 113-118. Mucho más enérgico de lo que solemos escuchar en los repertorios musicales religiosos. Para más información, consulta la edición impresa de este 18 de noviembre del 2015 en La Voz de Michoacán.
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