Creador de la torre metálica que lleva su nombre y es símbolo de París, así como diseñador de la Estatua de la Libertad de Nueva York y de la estructura del Museo del Chopo, Gustave Eiffel nació el 15 de diciembre de 1832. De acuerdo con su biografía publicada en “toureiffel.paris/es”, Gustave fue un ingeniero francés que dedicó gran parte de su vida a experimentar dentro de su profesión y fundó una empresa especializada en estructuras metálicas. Nació en Dijon, Francia, y realizó sus estudios en la Escuela Central de las Artes y las Manufacturas en 1855, el mismo año en que se desarrolló la primera gran Exposición Universal en la capital francesa. Durante un tiempo radicó en suroeste de su país natal, donde supervisó la construcción del puente de Burdeos y posteriormente, en 1864 inició su etapa empresarial como constructor especializado en carpintería metálica. Su carrera tomó impulso gracias a la construcción del viaducto sobre el río Duero y, en 1884, por la obra del mismo tipo de Garabit, que en su momento fue el puente metálico más largo del mundo y se levanta sobre el río francés Truyére. Otros trabajos de ingeniería que le dieron prestigio fueron la estación de Pest, en Hungría; la cúpula del Observatorio de Niza, y la estructura de la Estatua de la Libertad, que diseñaría antes de que finalizara la construcción, en 1889, de la Torre Eiffel. El ingeniero francés había ganado fama internacional y de diferentes países lo buscaban para encargarle trabajos, siendo sus proyectos preferidos los puentes y las vías férreas, aunque también las estructuras industriales y la carpintería metálica. Su ingenio brilló en estructuras como los puentes “portátiles”, que vendió e hizo llegar por partes alrededor del mundo. En 1887 se le encargó, y él aceptó, construir las esclusas de lo que sería el Canal de Panamá de la empresa francesa concesionada y que administraba Ferdinand Lesseps, quien hizo naufragar el proyecto. Lo anterior le significó ser involucrado en un juicio por estafa y fue condenado a dos años en la cárcel y una multa de dos mil francos. Al salir dejó los negocios de construcción que le habían ganado prestigio internacional y por 30 años se dedicó a lo que era una de sus pasiones: la investigación. En particular sobre la Torre Eiffel, que había diseñado para durar 20 años. En torno a ella realizó estudios sobre la resistencia del aire, la pensó como estación de observación meteorológica, pero sobre todo para que fuera una enorme antena de transmisiones de radio. Sus estudios sobre aerodinámica lo llevaron a construir un túnel de viento en la base de la torre, que repitió en una de las calles de París, que todavía hoy funciona. Gustave Eiffel murió el 27 de diciembre de 1923.