La actriz mexicana Kate del Castillo bromeó hoy sobre su posible estrés por la polémica surgida al conocerse su relación con el capo Joaquín "el Chapo" Guzmán, con el que se encontró mientras estaba prófugo para que lo entrevistara Sean Penn y al que pensaba ayudar a filmar una película. "Do you really think I'stressed?" (¿De veras creen que estoy estresada?), se lee en un mensaje subido este sábado a su cuenta de Twitter con un enlace a otra cuenta que posee en Instagram en el que aparece la imagen de un pequeño ratón blanco mirando a la cámara con la leyenda "Por qué me preguntas si estoy un poco estresado". "Vamos, Kate", "Muy valiente" o "No estás sola" fueron algunas de las respuestas que escribieron otros usuarios en su cuenta. El pasado miércoles, Del Castillo hizo su primera comunicación pública tras la revelación de sus contactos con "El Chapo", en aquel caso con otro mensaje en Twitter para anunciar que contará "su versión" de lo sucedido y asegurar que se han fabricado "historias falsas" para "distraer" a la gente "del verdadero tema". "Gracias por su apoyo. Como era de esperarse muchos han decidido manipular la información y fabricar historias falsas para distraernos del verdadero tema. Pronto contaré mi versión", escribió. La intérprete, de 43 años y que reside en Los Ángeles (EE.UU.), también publicó su mensaje en inglés a través de la misma red que utilizó en 2012 para publicar una carta dirigida al narcotraficante, en la que le pedía convertirse en un "héroe" y hacer el bien. Tras leer aquel mensaje en Twitter, un abogado de Guzmán pidió a la actriz su dirección para enviarle unas flores de parte del capo y luego, cuando fue detenido en febrero de 2014, hubo un intercambio epistolar entre ambos mientras el narcotraficante estuvo preso. A partir de su huida el 11 de julio pasado se intensificaron los contactos hasta que el encuentro con Penn acabó fraguándose hace tres meses. La comunicación entre ambos continuó al menos hasta noviembre pasado, según los mensajes vía teléfono celular interceptados por los servicios de inteligencia mexicana y filtrados a la prensa mexicana. Según el Gobierno mexicano, esos contactos contribuyeron a dar con el paradero del delincuente más buscado del mundo, capturado el pasado 8 de enero en la localidad de Los Mochis, en estado natal de Sinaloa, y recluido en la prisión de la que se escapó por segunda vez hace seis meses.