Respeto y capacidad de adaptación son dos características que requieren las personas para desarrollarse en el mundo globalizado, es por ello que la educación no puede basarse únicamente en la adquisición de conocimientos. Morelia es la primera sede en Latinoamérica del Juego Mundial de la Paz, que comenzará a jugarse el día de hoy en la Universidad Latina de América (Unla). El juego consiste en que los participantes deben resolver 50 crisis mundiales –parecidas a las que enfrenta actualmente la humanidad-se realiza en un mundo imaginario, conformado por cuatro países con características diferentes; en cada uno se asigna un primer ministro, quien a su vez designa entre los integrantes de su grupo a los secretarios de economía, salud y otros rubros. “Es importante entender que cada cultura es diferente, que cada persona tiene intereses y objetivos distintos, y en este simulacro ellos tienen la oportunidad de desarrollar habilidades de tolerancia y comprensión”, explicó Ada del Carmen Sandoval, coordinadora académica del Programa bilingüe del bachillerato de la Unla. De este modo deben aprender a escuchar a los otros, a conciliar, respetar ideas, tomar decisiones – y las consecuencias que éstas tienen- y adaptarse a los constantes cambios que hay en el mundo. Al situarse en una realidad ajena a la suya, los jóvenes desarrollan su inteligencia emocional. “El Juego Mundial de la Paz fue creado hace poco más de 30 años por John Hunter, maestro en el estado de Virginia (Estados Unidos), él se dio cuenta de que la educación tenía que ir más allá del conocimiento académico y que los educadores tenemos que darles a nuestros alumnos la posibilidad de desarrollar verdaderas habilidades de vida”, pero fue hasta el 2010 que adquirió fama a nivel internacional, debido a un documental realizado por Cris Farina. Para leer la nota completa, consulta la edición impresa de este 28 de enero del 2016.
La Voz de Michoacán
