Mientras Panteras de Carolina estará por segunda ocasión en un Súper Tazón, su entrenador en jefe, Ron Rivera, vivirá la experiencia por tercera vez, a la espera de reencontrarse con el trofeo Vince Lombardi, que levantó como jugador en 1985. Ronald Eugene Rivera, de madre mexicana y padre puertorriqueño, será uno de los embajadores con origen latino que engalanarán la edición 50 del “juego grande”, a celebrarse el domingo 7 en el Levi’s Stadium. En la morada de 49’s de San Francisco, este coach dispondrá de algunos alicientes que lo impulsen al triunfo, tal como el lugar en sí, la revancha contra un jugador específico de Broncos de Denver, la experiencia de 11 miembros de su staff en el “súper domingo” y la posibilidad de irrumpir en la historia de la NFL. La sede para el aniversario “dorado” del “Super Bowl” será muy cerca del sitio donde se crió Rivera, quien fue reclutado en la segunda ronda del Draft 1984 por Osos de Chicago, franquicia a la cual fue fiel en sus nueve temporadas como apoyador. Su recuerdo más preciado en esta época ocurrió el 26 de enero de 1986, día en el que colaboró con dos tackleadas para que Osos se adjudicara el Súper Tazón XX por lapidario 46-10 sobre Patriotas de Nueva Inglaterra. Tras su retiro, pasó algún tiempo para que iniciara su trayectoria en los staff de coacheo de la Liga, su primer empleo se remonta a 1999 cuando fue nombrado coach de apoyadores con Águilas de Filadelfia y se mantuvo en dicho cargo hasta 2003. A la campaña siguiente, el equipo de “la ciudad de los vientos” lo hizo regresar a su primer hogar en el puesto de coordinador defensivo, mismo que desempeñó durante tres ciclos y con el cual tuvo su segunda oportunidad de acudir al “juego grande”. Esa vez estaba de por medio el título de la edición XLI, pero Rivera y Chicago se quedaron con las ganas de festejar por culpa de Potros de Indianápolis, conjunto que en aquel entonces tenía en sus controles a Peyton Manning; curiosamente el veterano mariscal otra vez será su rival, sólo que ahora ambos estarán con equipos distintos. Una vez cerrado el capítulo con Osos, el timonel californiano se hizo cargo de los apoyadores en Cargadores de San Diego y para 2008 fue ascendido como coordinador defensivo, pero en 2010 finalizó la relación con los “bolts”. En 2011, la organización de Panteras “se sacó la lotería” al confiar en Rivera como “head coach” y darle continuidad al proyecto, el cual rindió frutos a partir de 2013, con tres coronas seguidas en la División Sur de la Conferencia Nacional (NFC). Pero fue hasta este 2015 que los “felinos” por fin saltaron la barrera de la ronda divisional y mejor aún, se metieron hasta la fase final, donde la franquicia de Charlotte sólo había estado en 2003, pero falló en su intento por proclamarse campeón. En esta segunda aparición, la batuta no sólo estará en manos de Rivera, sino que detrás de él habrá un grupo importante de gente que sabe bien lo que es estar en el “Super Bowl”, por ejemplo su asistente Steve Wilks fue el coach de backs defensivos en aquella derrota ante “Indy”. Los otros que tienen antecedentes son Bruce DeHaven (coordinador de equipos especiales), Sean McDermott (coordinador defensivo), Ray Brown (asistente de la línea ofensiva), Curtis Fuller (asistente de equipos especiales), Al Holcomb (coach de apoyadores), John Matsko (entrenador de la línea ofensiva), Ricky Proehl (coach de receptores), Russ Purnell (equipos especiales) y Jim Skipper (corredores). Con el apoyo de este grupo de trabajo y de sus talentosos pupilos, como el quarterback Cam Newton, Ron Rivera apuesta por ser el tercer hombre de todos los tiempos que tiene el honor del “doblete”, es decir, consagrarse monarca siendo jugador y más tarde, como coach principal; antes lo lograron Mike Dikta (VI y XX) y Tony Dungy (XIII y XLI). Así que a un mes de cumplir 54 años, Rivera podría recibir un gran obsequio por el que bien valió la pena esperar y el cual le daría acceso directo al selecto grupo de hombres exitosos tanto dentro como fuera del emparrillado.