Desde que se destapó su romance a mediados del año pasado, Isabel Preysler y el escritor Mario Vargas Llosa han estado en la mira de revistas del corazón y también de la polémica, porque el Nobel de Literatura aún está casado con Patricia Llosa. Con motivo del lanzamiento de una línea de cremas, Preysler – madre del cantante Enrique Iglesias- aceptó hablar para “Mujer Hoy”, del diario español “ABC”, sobre su romance con Vargas Llosa. Se quejó de que España sea un país machista y de que en una situación así, siempre sea culpable “la otra”. “Este es un país muy machista a veces, empezando por las propias mujeres. Si una mujer se va con un hombre casado, la culpa siempre es de la mujer. ¿Por qué no se piensa que ese matrimonio no funcionaba ya, o que estaba roto, antes de que la 'otra' apareciera? ¿Por qué siempre se piensa que es la mujer la que se ha metido en medio? Lo más seguro es que haya sido el hombre el primero en interesarse por ella y que, después, haya sido ella la que lo haya seguido”, explicó. Además de su relación con el cantante Julio Iglesias en los años 70, Presyler estuvo casada después con Carlos Falcó, Marqués de Griñón y en 1988 se casó con el ex secretario de economía socialista Miguel Boyer, quien falleció en septiembre de 2014. Cuando le preguntaron acerca del poco tiempo transcurrido entre el deceso de Boyer y su romance con Vargas Llosa, Preysler respondió: “Es verdad que puede que haya sido un poco pronto, como dices; es posible, sí. Pero te insisto en que el momento de enamorarte no lo escoges tú… yo me quedé casi viuda cuando Miguel tuvo el ictus. El vacío que sientes en el luto lo tuve desde que Miguel enfermó. Y todo eso duró dos años y siete meses. La pérdida no llegó con su muerte, sino bastante antes, cuando cayó enfermo y Miguel ya no era el mismo Miguel”. Aseguró que no planeó lo de Vargas Llosa. “Simplemente, ocurrió y estoy encantada de que haya ocurrido, claro … Después de lo de Miguel, pensé: 'Bueno, ya'... y apareció Mario. Esto no es algo que tú escoges, es algo que pasa en tu vida. Tú no eliges el momento para enamorarte; aparece el señor y te enamoras o no te enamoras”.