Debido a que los macacos cola de muñón presentan características comunes con algunos aspectos del ser humano, el Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRFM) estudia la interacción social de estos primates. Investigadores se centran en la actualidad en saber cómo afecta el estrés social en la reproducción de los machos y las hembras de esta especie, indicó en una entrevista el jefe del departamento de la Dirección de Neurociencias, Ricardo Mondragón Cevallos. Los estudios hechos hasta ahora indican que los machos sometidos a estrés tienden a tener niveles más altos de cortisol en detrimento de la calidad de su esperma, mencionó el especialista. En las hembras, el estrés social parece asociarse a la presencia de ciclos irregulares, lo que representa una desventaja frente a las hembras jóvenes con ciclos regulares que tienen mayor probabilidad de quedar embarazadas, señaló el investigador. Así que ser un macho dominante contrario a lo que se piensa puede ser extenuante, afirmó Mondragón Cevallos, quien puntualizó que una vez que termina su periodo de dominación estos animales envejecen, se les rompen los colmillos, pierden peso y se les cae el pelo. “En cuestión de salud mental, esto implica que gente que tiene poco acceso a los recursos o experimenta situaciones muy estresantes puede ver mermada su calidad reproductiva”, afirmó el especialista. Mondragón Cevallos abundó que los macacos cola de muñón son originarios de Asia, se encuentran desde la India hasta el sur de China y se sabe muy poco de ellos en libertad, porque suelen vivir en lugares de difícil acceso para los hombres. Al igual que los humanos, estos primates son sociables y en cualquier época del año se pueden reproducir, por su parte, las hembras no tienen hinchazones sexuales, por lo que los machos reconocen su estado fértil mediante pistas químicas también llamadas feromonas. Los macacos cola de muñón viven en una sociedad bastante igualitaria en la que a diferencia de otras especies, los machos no son infanticidas y ayudan con el cuidado y crianza de las crías, puntualizó el investigador. “Eso los hace un modelo interesante para estudiar la evolución de nuestra propia naturaleza”, resaltó. Los animales en general, entre ellos los primates, compiten para establecer relaciones de dominación-subordinación, explicó Mondragón Cevallos, quien aseguró que a diferencia de lo que se cree, esas relaciones permiten al grupo mantenerse estable. Lo anterior evita que a cada momento haya peleas por la comida y el acceso a la reproducción, pero también implica que hay una aceptación tácita de que unos tienen más acceso que otros a esos recursos. Los machos dominantes en comunidades de esta especie, que según diversos estudios son dos (el macho alfa y el beta), tienen más acceso a la comida y a las hembras; sin embargo, son éstas las que eligen con quienes copulan. Se observa que el periodo de dominación de los machos de esta especie depende de su personalidad y del apoyo que tengan de la propia comunidad, comentó Mondragón Cevallos. Así, los machos que tienen lapsos más largos de dominación son animales más tolerantes que no agreden mucho a las hembras o a otros machos y evitan las agresiones entre terceros. En tanto, los que duran menos tiempo, por lo regular son más agresivos. Por otro lado, los machos que no son dominantes usan otras estrategias que son más políticas para mantenerse dentro del grupo y tener acceso a la reproducción, dijo el investigador, quien agregó que una de esas estrategias es establecer amistades con las hembras. “Básicamente un macho de cualquier rango, que casi siempre es de rango mediano, cuida a una hembra asiéndola y protegiendo a sus críos por un largo tiempo”, con lo cual la hembra accede a copular con él, apuntó el especialista. En ese sentido, el aseo personal además satisfacer la necesidad de despiojarse unos a otros y liberar varias sustancias en el cerebro que hace que tanto el animal que asea como el que es aseado se sientan relajados, sirve para establecer alianzas. El investigador explicó que los macacos cola de muñón hacen coaliciones, que es cuando un animal asea a otro y al presentarse un peligro ambos se unen. Mientras que la relación de amistad, en la que además se protege a las crías del otro, conlleva más tiempo. Respecto a los estudios que efectúan al grupo, de alrededor de 30 macacos que habita en el INPRFM, el investigador detalló que éstos no son invasivos, pues los análisis de laboratorio se hacen tomando muestras fecales y los animales se observan de manera continua. “Lo más invasivo es sacar la muestra de semen, que es por electro eyaculación mientras el macho está anestesiado”, comentó el especialista.