Por Daniela Payán Escobar Motivado por volver al país que vio despuntar su carrera, el croata Marin Cilic ansía debutar en el XXIII Abierto Mexicano de Tenis, donde espera tomar el impulso necesario para reaparecer en la élite del “deporte blanco”. Hace poco más de una década, con motivo de la Copa Yucatán, el espigado balcánico pisó suelo “azteca” por última vez y en aquel entonces, su objetivo era convertirse en el número uno del escalafón juvenil. Ahora, con su nombre ya consolidado en el circuito, el pupilo de Goran Ivanisevic pretende evocar esa etapa y exprimir al máximo sus vínculos con esta nación para conquistar el Guaje de Plata, el cual ha estado entre los brazos de históricos como el austriaco Thomas Muster o el español Rafael Nadal. La aventura por el título iniciará a partir de este lunes y triunfar en el puerto de Acapulco le traería una doble satisfacción, expresó en entrevista con Notimex, pues por un lado representaría la primera corona de categoría 500 en su palmarés y por el otro, sería un envión clave con miras a cumplir las metas trazadas para 2016. “Es uno de los grandes torneos de categoría 500, es muy complicado de ganar porque van tenistas de gran calidad, algunos Top 10 y mencionaste estupendos jugadores que lo ganaron, sin duda significaría mucho para mí. Nunca he ganado un torneo de esta categoría, pero estoy muy motivado este año para conseguir buenos resultados”, aseguró. En septiembre de 2014, tocó el cielo con su consagración en el Abierto de Estados Unidos, pero después una lesión en el hombro lo apartó del exclusivo “Top 10 mundial y a la fecha aún arrastra las secuelas de ese lapso irregular, de ahí que el AMT sea un buen punto de partida para reinstalar su nombre en el lugar al que “creo que pertenezco”. “Quiero meterme al Top 8 mundial al final de la temporada. Hay una gran competencia, hay muchos buenos jugadores, todos son muy competitivos y quieren alcanzar el Top 10, así que no será sencillo, pero con mi juego y mi actitud, espero tener buenos resultados en Grand Slam otra vez”, señaló. Precisamente esa lesión lo obligó a cancelar su asistencia a Acapulco la campaña anterior, no obstante, Cilic descartó que este año acuda con sed de revancha, pues asegura que simplemente fue un trago amargo en su carrera, por lo cual de este viaje sólo espera “mucha diversión y por supuesto, un buen resultado”. Contrario a lo que cree que le favorece, este año el balcánico juega sin la presión de defender puntos para el ranking desde el inicio de campaña hasta mediados de abril, por eso considera factible “regresar al Top 10, eso es un gran aliciente”. Acapulco le ofrece 500 unidades a su cosecha personal si logra coronarse, pero también reconoció que le resulta un destino atractivo por el recibimiento caluroso de los aficionados y la organización del certamen, cualidades que le han transmitido colegas que ya lo han disputado. “He seguido el torneo por muchos años. Se ha hecho muy popular en la gira ATP, muchos jugadores hablan del torneo, la pasaron muy bien. He hablado mucho con Santiago González acerca de Acapulco, él me contó que el ambiente es muy lindo, que mucha gente va a verlo. Y es una gran preparación para los Masters (Indian Wells y Miami)”, enfatizó. Pero los elogios hacia la afición “azteca” por parte de otros jugadores no lo sorprenden del todo, ya que cuando era más joven vivió en carne propia la fiesta que rodea a los torneos de tenis celebrados en México, incluso cuando en el papel, no son de gran trascendencia. “Mi última vez en México fue en 2005. La primera vez creo que fue en 2003 y la segunda en 2005, en la Copa Yucatán, estaba luchando con Donald Young por el primer lugar mundial juvenil. La pasé muy bien ahí y recuerdo que había grandes entradas para un torneo juvenil, estaba muy bien organizado”, detalló. Para consolidar aún más las gratas memorias que guarda con el país, Cilic también presumió de su estrecha amistad con González Torre, el mayor embajador del tenis mexicano a nivel internacional gracias a su constancia como doblista. Antes de capturar el cetro del US Open, el balcánico compartió cancha con el veracruzano, con quien obtuvo notables resultados y por ello desea repetir dicha experiencia en un futuro cercano, pues además de talentoso, encuentra en el cordobés a una gran persona fuera de las canchas. “Es uno de los tipos más amables del circuito sino es que el más amable, muy fácil de tratar. Es un buen amigo y coincidimos mucho durante la temporada”, manifestó. Agregó que “el año pasado no jugamos mucho porque yo estuve más singles, pero en 2014 tuvimos grandes torneos y creo que me puso en buena forma antes del Abierto de Estados Unidos”. A partir de ese trato y de la relación que traspasó las pistas, Cilic opinó que el secreto del éxito en “Santy” radica en su humildad, su talento, buen saque y potencial de doblista, motivos suficientes para querer unir fuerzas con él. “Ya hablamos a principio de año, trataremos de encontrar la oportunidad de jugar otra vez esta temporada. Sé que no es fácil porque ahora estoy más concentrado en singles, pero trataré de jugar más en dobles este año y Santiago es alguien maravilloso con quien jugar”, expuso. Así pues, la historia de Cilic lo ancla de cierta forma a México, que le abrirá las puertas de par en par para la vigésimo tercera edición del AMT, donde espera ganarse el corazón del público local y el boleto que lo encamine a la cima del tenis, ésa que se le negó hace 11 años, cuando todavía era un “diamante en bruto”.