Mérida.- La Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) será marco de la exposición “La vida en cuadritos”, que pretende ser la primera muestra de cómics mexicana en la que el público tenga acceso a piezas originales. La inauguración de la muestra está programada para el domingo a las 11:00 horas en el Salón La Vida en Cuadritos, en el Centro de Convenciones Siglo XXI. Francisco Gerardo Haghenbeck, escritor y guionista de historietas, quien junto con Bernardo Fernández “Bef” estuvo a cargo de curar la exposición, subrayó la importancia de mostrar las obras “tal cual”, de rescatar el arte de la narrativa gráfica y llevarlo a nuevas audiencias. De acuerdo con un comunicado, mencionó que “nuestra intención fue abarcar todo, que se viera el proceso histórico del cómic mexicano, desde su nacimiento hasta los productos digitales de hoy en día, aunque desde luego no son todos los que están y no están todos los que son”. Lo anterior en referencia a la magnitud del repertorio de las historietas mexicanas, y al gran esfuerzo que implicaría abarcarlo en su totalidad. En su lugar los curadores decidieron enfocarse en los grandes personajes, en las figuras icónicas que desde sus orígenes en el papel han caminado de la mano con la cultura popular mexicana. Desde revistas, dibujos, periódicos, hasta óleos y esculturas de personajes, “La vida en cuadritos” trae de vuelta a símbolos como Kalimán, Chanoc, Memín Pinguín, El Santos, Rabioso, y autores que dejaron huella, como Abel Quesada, Sixto Valencia, Jis y Trino, Eduardo Humberto del Río Garía “Rius” y Rafael Barajas “El Fisgón”. La recaudación, selección y curación de las piezas se extendió a lo largo de seis meses, y Haghenbeck encontró a dos coleccionistas privados que facilitaron la marcha y el desarrollo de lo que eventualmente se convertiría en la exposición: Rafael Barajas “El Fisgón”, caricaturista, y Luis Gantús, heredero de la colección de Sixto Valencia. “La vida en cuadritos” no sólo pretende servir como un recorrido histórico del cómic mexicano, sino que pretende evocar en su público sentimientos puntuales. “Hemos encontrado que la gente mayor se acerca a la exhibición y recuerda su infancia, las imágenes con las que crecieron”, comentó Haghenbeck. Para los jóvenes la exposición representa el aprendizaje y la sorpresa de encontrarse con personajes de los sólo habían escuchado hablar, dijo.