Valladolid.- Con el objetivo de defender una tradición de hace 500 años, amenazada por las nuevas tecnologías, el escultor castellano Miguel Ángel Tapia Palomo es el único que realiza en madera imágenes de talla completa, policromada y estofadas con finalidad litúrgica, devocional, procesional o catequética. En su taller, ubicado en Viana de Celga, población a unos kilómetros de Valladolid, Tapia Palomo usa las técnicas, los materiales e instrumentos, fórmulas, aparejos y procedimientos de ejecución que se desarrollaron en los siglos XVI y XVII. Cada una de las obras es pieza única, fruto de una labor puramente artesanal, estando repartidas por iglesias y conventos de distintas provincias de Castilla y León, donde reciben culto todo el año y participan en los actos religiosos para lo que fueron concebidas, como procesiones y besapies. Además, se caracteriza el estilo del taller dentro del realismo y acorde con la imaginería castellana, inspirándose en los grandes maestros que fundaron sus talleres en estas tierras, dando lugar a la conocida escuela castellana. La imaginería es una especialidad del arte de la escultura, dedicada a la representación plástica de temas religiosos, por lo común realista y con finalidad devocional, litúrgica, procesional o catequética. Se vincula a la religión católica debido al carácter icónico de la misma, por lo que se puede encontrar especialmente en países de cultura católica como España, Italia, Portugal e Iberoamérica y en menos medida en Francia, Canadá, Países Bajos y Austria, aunque también en Filipinas. El centro de la Escuela Castellana de Imaginería es Valladolid y entre sus grandes representantes están el francés Juan de Juni, el palentino Alonso Berruguete, el italiano Pompeyo Leoni, Francisco de Rincón y Gregorio Fernández, entre otros. Miguel Ángel Tapia Palomo es escultor imaginero natural de Valladolid y la pasión por el arte le llevó a estudiar en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de su ciudad. Su interés por conocer los oficios artesanos y las tradiciones se han convertido en su profesión y ocupación. En entrevista con Notimex, explicó que casi todo su trabajo está inspirado en la obra de Gregorio Fernández, aunque también hace piezas exclusivas. “Me ha marcado siempre el estilo castellano y la Escuela Castellana que se creó hace cerca de 500 años aquí”, dijo. Resaltó que la madera de pino de Soria, una provincia cercana, es de las mejores, dentro de la calidad que tienen los pinos, que son madera blanda y la mayoría de la imaginería que se usa en la Semana Santa de Valladolid está hecha con esa madera. Tapia Palomo dedica unas mil horas para cada pieza, y los encargos son para las Cofradías de Semana Santa, y apenas terminada la festividad de un año se pone a realizar la pieza que saldrá en las procesiones del siguiente año. Cada una de las obras es pieza única, fruto de una labor puramente artesanal y destaca la expresividad de rostro y manos, así como los detalles en los amplios pliegues de los ropajes. En el taller de Tapia Palomo también se realizan elementos tanto decorativos como estructurales mediante labores de carpintería y ebanistería, para complementar y ambientar las imágenes. Estas labores incluyen desde tronos, andas y peanas, hasta elementos relacionados con la Semana Santa y el mobiliario religioso como matracas y carracas, cruces, altares, baúles, entre otros.