Morelia, Michoacán.- En el arte, no hay criterios fijos, estos cambian con el tiempo, como cambia la gente, el gusto de la sociedad y sus hábitos, tal como se modifica la estética, se modifican las virtudes de una obra y por tanto el olfato felino de un hombre hecho lobo que ha dedicado sus agudos sentidos para mostrarnos los detalles de un buen periodismo cultural. Demetrio Olivo, mejor conocido como “Lobo” ha andado más de 30 años en el hábitat humana del arte en sus distintas representaciones. El hombre hecho lobo que decidió ser periodista le abrió un espacio a La Voz de Michoacán, periódico que él llama su segundo hogar, para platicarnos de su visión periodística, su olfato para hacer crítica cultural y la pasión que tienen por la vida. Tras atravesar por una descompensación por diabetes mellitus y un mal de cataratas en ambos ojos, “Lobo” se mantiene contento, agradecido y con los sentidos ávidos de acción para seguir haciendo lo que mejor sabe, narrar de forma crítica su pasión por el periodismo y las bellas artes. Pero, quién es Demetrio Olivo, el hombre “es un alma sensible que tiene muchas ganas de encontrar los momentos de su tiempo, de su época, para poner el arte de su momento.” Por lo que surge la pregunta, una vez que se define al hombre, quién es el “Lobo” que lo habita, o mejor aún cómo surgió éste. “Lobo” es una historia extraña porque surgió dos veces, la primera vez en México y la segunda vez en Morelia, ambas sin ninguna conexión entre sí. “Cuando estaba en México en la prepa, el apodo surgió por el Lobo Estepario de Hermann Hesse, que es un personaje bastante triste y oscuro, un hombre completamente cerebral”, recuerda. Mientras que en Morelia, “el apodo me lo puso Pepe Mares, cuando era jefe de correctores en La Voz deMichoacán, al comentar ‘estás tan peludo como un lobo’, acotación que se refería a mi granmelena”. Entre una gran emoción por remontar en los primeros aullidos del “Lobo”, Demetrio Olivo nos contó cómo fue su iniciación en el periodismo cultural, quien por imitación y gusto, inició en una revista como corrector de estilo, lo que lo llevaría a estrechar amistad con Gustavo García crítico de cine que palabras de Olivo, “tenía un gran corazón y mucha pasión”. García formaba parte de los tres García’s, un equipo de columnistas de UnoMásUno que incluía a José Felipe Coria y a Andrés Luna. “Yo era una mariposilla que revoloteaba alrededor de ellos, salía con ellos, los acompaña al cine, lo cual era muy apasionante ya que eran profesionistasmuy preparados, quienes a pesar de no ser periodistas, los tres amigos se respetaban admitiendo los textos del otro sin problemas entre ellos, cada uno lo abordaba desde un punto de vista diferente e original”, está fue una experiencia tan maravillosa para el joven Demetrio Olivo lo que lo iniciaría en el mundo del periodismo cultural. ‘Estamos jodidos’ Actualmente el reconocido periodista cultural, afirma que en el periodismo cultural de los periódicos, ya no hay gente que tenga confianza en sí misma al punto de que realmente crea en ellos y se permita esos espacios de convivencia profesional. “Es parte de la pobreza intelectual que vivimos, ya que estamos bastante jodidos en la materia del libre pensamiento. Si tuvieras más libres pensadores, estaríamos más seguros, tendríamos menos lazos inadecuados con el poder y saldría la información más pura y más clara”, agregó el periodista, nacido mexiquense, pero de corazón michoacano. Para el “Lobo”, en la prensa michoacana le falta pasión y preparación. “Sinceramente es mejor que falte la preparación que la pasión, porque si pierdes la pasión perdiste todo, pero si pierdes la preparación es solamente un material que puedes resolver”. Foto: Archivo, La Voz de Michoacán Su vida: el periodismo Demetrio Olivo, considerado a sí mismo como un periodista cultural que “vive, ama, trabaja, juega y a veces duerme en Morelia”, afirma que la emoción es lo que mantiene vivas a las personas, en su caso, la emoción y la pasión por la crítica periodística, capacidad que poseen las mentes tan delicadas, que ven un problema en su conjunto con sus pequeños detalles, sin perder de vista el conjunto analizado antes de emitir una propuesta en ello. ‘El periodista que no vive con pasión no tiene nada’ “El periodismo es pasión, lo tienes que vivir fuertemente” comenta el “Lobo”, mientras esboza rápidamente una amplia sonrisa y nos habla de su experiencia en La Voz de Michoacán, medio al que describe como una puerta enorme, gigantesca para un reportero, por ser uno de los periódicos más grandes y antiguos del estado. “La Voz de Michoacán, es una gran puerta y trabajar allí es todo un privilegio; tuve tantas experiencias en La Voz de Michoacán, que mencionar sólo una es injusto” Sin embargo comenta Olivo, aunque “es brillante estar en un medio, uno mismo crea su espacio, ya que por sí misma el medio es una puerta, pero lo demás lo pone uno con sus ganas de trabajar, como la pasión. El que es periodista- reportero, si no vive con pasión no tiene nada”. Foto: Archivo, La Voz de Michoacán ‘No me interesa ser bueno’ Asimismo el Lobo, nos habló de la enfermedad que recientemente lo ha aquejado y cuya crisis lo mantuvo hospitalizado. “Estoy aprendiendo cosas de valor y profundas que no voy a olvidar nunca, estoy contento con todo lo bueno y lomalo, como decíaOscar Wilde en su carta ‘De profundis’, a mí no me interesa mucho ser un hombre más bueno, porque qué significa eso, pero ser un hombre más profundo esa es la diferencia, por eso me estoy haciendo más profundo, sencillamente la enfermedad es un camino de aprendizaje”, finalizó. La tarde del jueves “Lobo” salió del hospital, se encuentra en su casa recuperándose, sin embargo, aún se necesita apoyo en especie, por lo cual habilitan los teléfonos de Elba Rodríguez 4424810931 y 3121054. Foto: Archivo, La Voz de Michoacán