Ciudad de México.- El ejercicio aeróbico de forma continua puede lentificar el avance de la enfermedad de Parkinson, un trastorno degenerativo del sistema nervioso, aseguró el neurólogo Eric Ahlskog. El ejercicio aeróbico significa realizar alguna actividad vigorosa que sube la temperatura corporal, hace sudar y cansa, como caminar rápido o usar la máquina elíptica, explicó el especialista en un comunicado del Instituto Mayo Clinic. El médico indicó que los ejercicios de estiramiento o de equilibrio ayudan con los síntomas comunes de la enfermedad, como la rigidez muscular, los movimientos lentos o la alteración de la postura y el equilibrio. En el intento por combatir el avance de la enfermedad de Parkinson, se realizaron estudios científicos que revelan que los ejercicios aeróbicos mejoran los factores que pueden ejercer un efecto protector sobre el cerebro. Esto se debe a que el ejercicio aeróbico libera unas pequeñas proteínas cerebrales denominadas factores tróficos, cuyo comportamiento es similar al de los fertilizantes aplicados sobre el césped, detalló el especialista. Por ello, la actividad física ayuda a mantener las conexiones cerebrales y contrarresta la atrofia cerebral que ocasiona la enfermedad de Parkinson y del envejecimiento del cerebro. Además, comentó el especialista, las prácticas modernas de fisioterapia deben incorporar un entrenamiento en ejercicios aeróbicos y promover un acondicionamiento físico para los enfermos de Parkinson. Ahlskog comentó que para toda persona que padezca o no la enfermedad, la rutina de los ejercicios aeróbicos implica arduo trabajo y un compromiso continuo, por lo que sugirió que antes de empezar un programa de ejercicios se debe consultar al médico. “La idea es aumentar el ritmo gradualmente, desde 15 minutos a 30 o más. La vida es una maratón, más que una carrera a toda velocidad”, subrayó el especialista. El neurólogo recomendó fijar objetivos, como realizar entre 45 minutos y una hora de actividad vigorosa cuatro veces por semana, así como hacer actividades que gusten o toleren, como el uso de la bicicleta, la escaladora, entre otras. “No existe ningún programa que se ajuste a todos, de manera que es necesario poner sobre el tapete todas las alternativas de ejercicio aeróbico”, comentó Ahlskog. El médico apuntó que el paciente debe esforzarse al máximo para tratar de evitar el mal de Parkinson y en este caso, el realizar ejercicio de forma repetitiva y aumentar de manera lenta la cantidad de reproducciones puede resultar benéfico. “Un componente importante del programa de ejercicios para el enfermo de Parkinson es asegurarse de haber colaborado con el médico para optimizar los medicamentos, concretamente la carbidopa y levodopa”, dijo el especialista. Una vez que la enfermedad de Parkinson se lentifica, es necesario administrar una cantidad adecuada de carbidopa y levodopa para optimizar la calidad de vida y facilitar el ejercicio, agregó.