Ciudad de México.- La Compañía Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) inició este sábado una temporada más del ballet “Coppélia”, dentro y fuera del Palacio de Bellas Artes. La magia y el encanto de la pieza coreográfica descansa en las parejas de bailarines Mayuko Nihei y Argenis Montalvo, Agustina Galizzi y Erick Rodríguez, y Ana Elisa Mena y Roberto Rodríguez encargados en esta ocasión de dar vida a “Swanilda” y “Franz”, personajes primarios en la coreografía de Enrique Martínez. Destaca el trabajo coreográfico, a partir de la versión de Marius Petipa que ofrece la compañía con música de Léo Delibes. El diseño de escenografía y de vestuario es de Eugenio Servín, y el de iluminación, de Víctor Flores. El conjunto de talentos llevó al público de la Sala Principal, y del corredor Angela peralta (Pantalla gigante gratis) a un mundo de ensueño. Tihui Gutiérrez, maestra de la compañía, explicó previamente que en los ballets de repertorio y clásicos reside en los intérpretes la responsabilidad de inyectarles sangre nueva a los roles y reinventarlos. Por eso es importante que los bailarines tomen a cada personaje como si fuera nuevo, para dar al público verosimilitud en cada función. Cada bailarina participante tiene un temperamento distinto para interpretar su papel. Mientras Argenis Montalvo es un bailarín joven que participó por primera vez en este ballet el año pasado, Erick Rodríguez es maduro y consolidado; Roberto Rodríguez tiene una impetuosidad particular y así cada uno del los bailarines y bailarinas de este ballet. Lo cierto es que un ballet clásico logra mantenerse vigente con la participación de nuevos bailarines. Laura Morelos, Sylvie Reynaud y Tihui Gutiérrez fueron quienes bailaron en 1989 la versión de Enrique Martínez, y ahora, se ha montado con nuevas generaciones de bailarines. Así es como funciona el ballet al transmitir el acervo de una generación a otra. La primera versión de “Coppélia”, con coreografía de Arthur Saint-Léon y libreto de Charles-Louis-Étienne Nuitter y música de Delibes. Fue producida por la Ópera de París y se estrenó el 25 de mayo de 1870, durante la última fase del Segundo Imperio Francés, ante una audiencia que incluyó a Napoleón III y a su esposa, la emperatriz Eugenia. En este país se ha presentado en diversas ocasiones. En 1947 el Ballet de la Ciudad de México realizó algunas escenas con coreografía de Nellie Campobello, Enrique Velezzi y Gloria Campobello. En 1951, el Ballet de Nelsy Dambré la presentó con coreografía de la propia Dambré, a partir de la versión de Louis Mérante. En todos los casos se cosechó éxito. El Ballet Concierto de México la llevó a escena con coreografía de Felipe Segura en 1957 y esa misma versión fue presentada en 1971 a cargo del Ballet Clásico de México que, posteriormente ya como Compañía Nacional de Danza, contó con la adaptación de Alicia Alonso, la versión de Leon Fokine, en 1975, de acuerdo con las croniquillas. En 1989, la Compañía Nacional de Danza estrenó la transposición que Enrique Martínez hizo para el American Ballet Theatre en 1968. Para esta compañía, lo más difícil de “Coppélia” es ser fiel a la versión de Enrique Martínez, considerando que la estrenaron en 1989. Sin embargo, cada intérprete le da su toque personal, de acuerdo con Tihui Gutiérrez. La nueva temporada de “Coppélia” continuará sus funciones esta noche, así como los días 17 y 24 de este mes, dentro y fuera del Palacio de Bellas Artes.