Ciudad de México.- Un grupo de investigadores diseñó una tecnología agroambiental con desechos agroindustriales para preparar los suelos del estado de Oaxaca y poder cultivar arándano, propio de climas fríos y suelos ácidos. Los desarrolladores usaron los residuos agroindustriales de la corteza de pino, el bagazo de maguey y la fibra de coco, para la creación del sustrato de cultivo, explicó Baldomero Zárate Nicolás, uno de los encargados del proyecto. “La tecnología agroambiental permite el aprovechamiento de residuos del campo para mejorar el suelo, como es el caso del sustrato de cultivo que se puede utilizar en producción forestal, ornamental, entre otras”, dijo Zárate Nicolás. “En el caso del bagazo de maguey, la industria opta por quemar el desecho generando contaminación, cuando podría ser usado como compostaje, al igual que la fibra de coco que es utilizada en los hornos de ladrillo”, agregó. La investigación se realiza en el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional Unidad Oaxaca (CIIDIR), que recibe apoyo del Instituto Politécnico Nacional (IPN). En una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el investigador explicó que para poder ser útiles los sustratos deben respetar los parámetros físicos y químicos. “Es necesario acondicionar los suelos para lograr el cultivo del arándano, pues naturalmente no son aptos por lo que se recurrió a utilizar un sustrato obtenido de los residuos orgánicos de la corteza de pino, el cual posee un pH (nivel de acidez o alcalinidad) de cinco”, detalló. “Se debe realizar un análisis de suelo e ir modificando según la zona en que se desee establecer el cultivo”, mencionó. El proyecto prevé dos parcelas de cultivo en un inicio, por lo que investigadores elaboran estudios dentro de los invernaderos sobre la altura, grosor, pH, conductividad eléctrica y nivel de fósforo, para iniciar la cosecha en junio.