Ciudad de México.- Comer en la noche y dormir menos de seis horas hacen ganar peso, aumenta los niveles de glucosa y triglicéridos en la sangre, así como la grasa acumulada en el hígado y reduce la regeneración molecular, señalaron expertos. Durante el simposio de crononutrición “Aspectos cronobiológicos y obesidad”, médicos mexicanos y extranjeros destacaron la importancia de respetar los ciclos biológicos del cuerpo. José M. Ordovás, investigador de la Universidad de Tufts, de Estados Unidos, dijo que en estudios realizados desde hace más de dos décadas se ha observado que los llamados trastornos circadianos (ritmos del organismo) impactan en el metabolismo, en el balance energético y la obesidad. Explicó que durante el día y la noche estos ritmos son distintos pero sincronizados, y sin alguno ellos se altera el mecanismo se hace más lento o se apresura y con el tiempo lleva a enfermedades como diabetes, hipertensión, obesidad y hasta cáncer. Por ello, destacó, el descanso es muy importante, porque “dormir menos de seis u ocho horas complica la salud y la obesidad; estudios que se han hecho demuestran que entre menos se duerme hay más obesidad”. Sin embargo, el especialista -considerado uno de los fundadores de la nutrigenómica- aclaró que la obesidad no se cura durmiendo más, porque entonces esto produce otro desajuste. Sobre el tema, el investigador Rudolf M. Buijs, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, expresó que durante el día la producción de algunas hormonas y sustancias aumentan, entre ellas la adrenalina, la leptina, el colesterol, y hay un mayor gasto energético. Mientras que durante la noche hay un periodo de reposo en el que otras hormonas trabajan en la restauración celular, y si este ciclo se interrumpe el organismo se va deteriorando. Al respecto, la investigadora Carolina Escobar, de la Facultad de Medicina, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mencionó un estudio realizado en ratas. A un grupo de roedores, explicó, se les alteró el ritmo metabólico dándoles de comer en el día, y a otro se les daba de comer en la noche, mientras que dormían de día. En el primer grupo se observó una alza de peso, mayor concentración de azúcar en la sangre y grasa en el hígado; el otro grupo, al que se le conservó su vida normal, durmiendo durante el día y comiendo por la noche, no presentó trastornos metabólicos. En el evento organizado por el Instituto de Nutrición y Salud Kellogg's (INSK), en el marco de su 10 aniversario, destacó que comer a deshoras “hace que forcemos funciones de nuestro cuerpo y que no se desarrollen correctamente”. “Esto es algo que ocurre frecuentemente en las personas que trabajan de noche que son más propensas a padecer obesidad, diabetes, hipertensión”, y trastornos, indicó. En tanto, la directora general del INSK, Samantha Villaseñor, destacó que con eventos de este tipo se tiene como objetivo actualizar a los profesionales de la salud en temas de nutrición, para que cuenten con más herramientas al momento de hacer recomendaciones a la población.