Ciudad de México.- Al año se registran 22 mil 500 muertes por contaminación atmosférica, sin embargo con el aumento de los niveles en el Valle de México las cifras podrían aumentar hasta 19 por ciento, señaló el neumólogo Jorge Iván Rodríguez Martínez. El especialista mencionó en un comunicado que la Secretaría de Salud indicó que las partículas suspendidas y el ozono (gas extremadamente tóxico) son los más preocupantes en la megalópolis y otras urbes como Guadalajara, Monterrey, Tijuana y Puebla. Lo anterior es porque estas sustancias se asocian a infecciones por microorganismos, inflamación de las vías respiratorias, depresión del sistema inmune, crisis asmáticas y complicaciones en adultos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Ante esta situación, el neumólogo del Centro Médico Coyoacán indicó que es fundamental que quienes viven con esos padecimientos tomen precauciones, en especial, durante los periodos de contingencia ambiental. Lo anterior es porque las contingencias causan reducción en la función pulmonar, lo que ocasiona empeoramiento de síntomas como falta de aire, tos y flemas, siendo el principal motivo de ausentismo laboral, escolar, consultas, urgencias, hospitalizaciones, discapacidad, carga económica y muerte prematura, especificó el especialista. En este sentido, el doctor sugirió que se debe atender cualquier cuadro infeccioso que afecte la salud de forma inmediata. “Los pacientes con asma o EPOC no deben interrumpir su tratamiento de terapia inhalada con tiotropio y con el broncodilatador anticolinérgico”, apuntó. El especialista detalló que la broncodilatación, la cual debe llevarse a cabo con un dispositivo inhalador ideal que facilite la administración del tiotropio, es una pieza clave en el control y pronóstico positivo, tanto del asma como de la EPOC. Lo anterior es porque alivia los síntomas, reduce el riesgo de una exacerbación grave, aumenta la tolerancia al ejercicio y mejora la calidad de vida del paciente, en particular en épocas de variaciones climáticas y atmosféricas como las que se presentan por el calentamiento global, lluvias y sequías, abundó. Subrayó que los niños, ancianos y mujeres embarazadas que no padecen alguna enfermedad también son un grupo vulnerable a la contaminación y pueden desarrollar además de asma y EPOC, otros problemas como rinofaringitis, rinitis alérgica, otitis, bronquitis, neumonía, cáncer de pulmón y arritmias cardiacas. “Influye también la deficiente calidad de aire en el trabajo y los hogares, donde se tiene el hábito del tabaco y se emplea la combustión de biomasa y carbón”, mencionó. Por ello, el neumólogo expuso que la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace hincapié en la necesidad de que los gobiernos generen políticas públicas para un uso más eficiente del transporte público o que se sustituya por vehículos eléctricos o bicicletas. Así como realizar campañas de reforestación, conservar los espacios arbolados y corredores verdes que siguen siendo “pulmones” para las ciudades. Así, como fomentar las campañas de promoción a la salud, generar un mayor apego al tratamiento farmacológico e incrementar la información para prevenir padecimientos respiratorios. Rodríguez Martínez precisó que es responsabilidad de la población, empresas, academia y comunidad médica estar alertas a las recomendaciones que emitan las autoridades sanitarias locales y federales. Entre éstas sugerencias están: permanecer en interiores, limitar actividades física, sociales, recreativas y otras al aire libre; y evitar fumar o cocinar con humo de leña. “Hacemos un llamado a la población para que de percibir cualquier molestia como irritación en ojos, tos recurrente seca o síntoma de cansancio agudo acuda de inmediato a los centros de salud”, señaló.