Florida, EU. — La NASA infló exitosamente el sábado un nuevo habitáculo experimental en la Estación Espacial Internacional, con lo que produjo el primer compartimiento inflable para astronautas en el mundo. La operación demoró mucho más tiempo de lo esperado, extendiéndose a tres días. El astronauta Jeffrey Williams pasó siete horas el sábado abriendo y cerrando una válvula de aire para ampliar el compartimiento. Finalmente ingresó el aire suficiente, de forma que el receptáculo blanco pudiera expandirse a su tamaño de 3,9 metros (13 pies) de longitud y 3,2 metros (10,5 pies) de diámetro, un volumen equivalente a una recámara pequeña. Tanques de aire internos proporcionaron la presurización final para completar el trabajo. Williams y sus cinco colegas de la tripulación tendrán que aguardar una semana antes de aventurarse a entrar. La NASA quiere asegurarse de que la cámara permanece hermética. Fue el segundo intento de la agencia espacial para inflar el Módulo Expandible de Actividad Bigelow (BEAM, por sus siglas en inglés), que lleva el nombre de la compañía aeroespacial que lo creó como un precursor a hábitats que tiene pensado desarrollar en la Luna y en Marte, así como hoteles turísticos en órbita. El BEAM apenas se expandió un poco durante el intento de inflado del jueves. Los expertos creen que el compartimento de paredes suaves estuvo muy apretado mientras permaneció empacado durante mucho tiempo antes de su lanzamiento del mes pasado, por lo que las capas de tejido tuvieron problema en desplegarse. La presión en el interior de la cámara fue aliviada el viernes para disminuir la fricción entre las múltiples capas. Aparentemente eso solucionó el problema. El cubículo se expandió 1,8 metros (seis pies) adicionales el sábado, viéndose cada vez más como una pelota de playa. En total, Williams abrió la válvula 25 veces el sábado para un total de 2,5 minutos de aire que fluía desde la estación espacial a la cámara. Fue posible escuchar un ruido de un golpeteo sordo a medida que la presión se acumulaba dentro del BEAM, escuchándose como el maíz palomero en un sartén. En realidad esas son buenas noticias; las autoridades dijeron que fue el sonido de la liberación de las correas internas mientras el habitáculo crecía. Bigelow Aerospace proporcionó esta primera sala inflable fabricada para astronautas. La NASA pagó 17,8 millones de dólares por la demostración de la tecnología, que podría conducir a un compartimiento inflable aún más grande en la estación espacial. El empresario hotelero Robert Bigelow, quien fundó la empresa aeroespacial al norte de Las Vegas, trabaja en un par de estaciones inflables privadas que podrían ser lanzadas en unos años.