Notimex / La Voz de Michoacán Buenos Aires, 14 May.- El empresario Lázaro Báez negó hoy ante la justicia haber formado parte de una red de lavado de dinero junto con su amigo y socio, el fallecido ex presidente de Argentina Néstor Kirchner. "Como persona de bien que soy, vengo de la manera más enérgica a rechazar esas afirmaciones", indicó Báez en su primera declaración judicial, en medio del escándalo por el presunto entramado de corrupción que involucra al ex mandatario. Báez agregó que "dado que mi honestidad, mi conducta empresaria y mis afectos han sido puestos en duda, vengo a ponerme a disposición de esta jurisdicción y poder así brindar las explicaciones que fueran menester". Lo importante, agregó, es "aclarar de una vez y para siempre que no he intervenido en la realización de conducta alguna al margen de la ley", como han difundido los medios opositores al gobierno de la viuda y sucesora de Kirchner, Cristina Fernández. El escándalo que acosa al gobierno comenzó el mes pasado, cuando un programa argentino denunció que Báez había lavado por lo menos 55 millones de euros con el aval de Kirchner. Según la denuncia, el empresario mandaba el dinero desde la patagónica provincia de Santa Cruz a Buenos Aires, en donde una financiera creó decenas de empresas fantasma para transferir la fortuna a Montevideo y Panamá, y finalmente a Suiza. Desde que Kirchner se afianzó en el poder provincial, Báez se transformó patrimonialmente y dejó de ser un sencillo empleado bancario para convertirse en un millonario empresario, gracias sobre todo a la adjudicación de contratos de obras públicas. Según las denuncias presentadas, Báez amasó con la complicidad de Kirchner millones de euros en efectivo, por lo que será investigado por el delito de asociación ilícita para lavado de dinero. La jornada en torno a la presunta red de corrupción fue agitada, ya que este martes también declaró ante la justicia la ex secretaria de Kirchner, Miriam Quiroga, quien reiteró que vio bolsos supuestamente colmados de dinero en la presidencial Casa Rosada. Quiroga, quien trabajó de 2003 a 2010 directamente con Kirchner, fue despedida tres meses después de su muerte, en enero de 2011.