Agencias / La Voz de Michoacán Ciudad De México, 15 de mayo.- Las imágenes de Ribéry corriendo a 'sprint' como si se fuera solo durante una final de un Mundial, perseguido por su compañero Boateng con un gigantesco vaso de cerveza para echárselo por encima, sorprendieron a muchos durante la celebración del título liguero del Bayern. La mayoría pensó que se trataba de un juego, pero no lo era para Ribéry, de fe musulmana, que huía como alma que lleva el diablo de un líquido prohibido por su religión, incluso para bañarse con él. Al final le alcanzó Boateng y al final le duchó. Algo que parece que no ha sentado muy bien al extremo francés del club bávaro, que tras la celebración declaró: "No voy a volver a hablar con Boateng, él sabe que soy musulmán". Ribéry no es musulmán desde su niñez, fue hace algunos años cuando decidió reconvertirse al islam. Puede que su año en las filas del Galatasaray turco en 2005 cambiaran su forma de pensar, pero sus amigos y círculos íntimos dicen que fue tras casarse con su esposa, de origen marroquí, cuando abrazó la religión musulmana. En declaraciones a la revista 'Paris Match', el francés dijo sentirse "a salvo" con el Islam. "El Islam es mi fuente de fortaleza ya sea dentro o fuera del campo de juego", comentó. "Llevé una carrera difícil y estaba determinado a encontrar paz y tranquilidad mental y finalmente encontré el Islam", finalizó.