Ciudad de México.- “El futuro me pertenece: Nikola Tesla” se convirtió en una de las exposiciones más visitadas en la historia del Centro Nacional de las Artes (Cenart), donde del 9 de marzo al 12 de junio reunió a más de 120 mil personas. Talleres, conferencias, conciertos, ciclos de cine, performance, teatro y exhibiciones teórico-experimentales, algunas de ellas seguidas vía streaming por un mil 300 cibernautas, acompañaron esta exhibición que mostró la vigencia de los hallazgos de este científico serbio-americano. De acuerdo con información de la Secretaría de Cultura federal, la muestra llevó a sus visitantes a un apasionante recorrido por la vida y obra de este científico, cuyos descubrimientos, inventos, aportaciones y vaticinios permitieron el desarrollo de la civilización eléctrica que hoy vivimos. Destacó el hecho de que aquí “El futuro me pertenece: Nikola Tesla”, presentó algunas novedades respecto a las exhibiciones que se montaron en 2014 en Madrid, España, y en 2015 en el Parque Fundidora de Monterrey, México. La principal de ellas, dijo, fue una instalación de realidad aumentada que recrea la máquina voladora de despegue vertical, creada ex profeso por el Centro Multimedia del Cenart. La muestra contó con la curaduría de los españoles Miguel Ángel Delgado y María Santoyo, así como con la asesoría del físico teórico Miguel Alcubierre Moya, director del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien es reconocido por haber creado un modelo matemático para viajar más rápido que la luz. Ricardo Calderón Figueroa, director general del Cenart, consideró que con la presentación de esta muestra se afianza la misión de este centro, de generar e impulsar nuevos enfoques y modelos para la educación, la investigación y la difusión de las artes, con énfasis en las expresiones y debates actuales, la interdisciplina artística y la vinculación del arte con la ciencia y la tecnología. Tesla, recordó, fue pionero en tecnologías visionarias para su época, como la robótica, los aviones de despegue vertical, las armas teledirigidas, las lámparas de bajo consumo, las energías alternativas o la transmisión inalámbrica de electricidad. Sin embargo, tras morir fue olvidado hasta inicios del siglo XXI, algo incomprensible dada la enorme trascendencia de su obra, comparable a la de sus rivales Thomas A. Edison y Guillermo Marconi”, ponderó.