Oxford.- La Biblioteca Bodleian de la Universidad de Oxford presenta cinco importantes códices prehispánicos de los muy pocos que sobrevivieron la destrucción de la conquista española, que están hechos de papel amate, piel de venado y de jaguar. “Son tesoros a nivel mundial. Son cinco de los quizá 16 o 20 que han quedado, que se realizaron durante la época colonial o en los primeros años de la Colonia. Quedan poquísimos en el mundo y cinco de ellos están en Oxford”, afirmó la directora de Conservación de las Bibliotecas Bodleian, Virginia Lladó-Buisán. La exposición “Mexico's Painted Histories” (Historias ilustradas de México) presenta el Códex Laud (Libro de la Muerte), el Códice Mendoza, los códices mixtecos Bodley (Códex Ñuu Tnoo-Ndisi Nuu), el Códex Selden (Añute) y el Rollo Selden, que recientemente fue renombrado como El Rollo del Fuego Nuevo. En entrevista, Lladó-Buisán explicó que recientes investigaciones con equipos especializados de alta tecnología arrojaron que el Códex Laud (Libro de la Muerte), -en formato de concertina- está hecho sobre piel de venado y de jaguar. El investigador Ludo Snijders “fue uno de nuestros colaboradores que se dio cuenta que aún quedaba un poco de pelo de jaguar y utilizando una fotografía infrarroja pudo ver que la piel conservaba las manchas del jaguar y llegó a la conclusión que era la piel de la cabeza de un jaguar”. Entretanto, el Códice Mendoza, uno de los más conocidos, fue una colaboración entre escribas locales (tlacuilos) y españoles. Es el único manuscrito del grupo de cinco que se presenta en un formato de libro europeo. El manuscrito que está pintado en papel europeo y no en el tradicional papel amate, narra a través de dibujos las conquistas de emperadores aztecas como Moctezuma y el ciclo de vida de su gente, desde el nacimiento hasta su muerte. Lladó-Buisán explicó que académicos de México, Italia, Inglaterra y Holanda investigan los materiales de los códices de la colección Bodleian con la ayuda del laboratorio móvil europeo (MOLAB). En un reciente análisis se descubrió que los tlacuilos o escribas utilizaron colores a base de pintura vegetal y pigmento cochinilla. “Todos los pigmentos que encontramos son de origen vegetal y por ejemplo el Códice Mendoza tiene colores azules que pudieron ser pigmentos que a lo mejor se trajeron de España”. La experta comentó que los colores están muy bien preservados y agregó que en el Códex Laud se utilizó un instrumento de dibujo de tipo arquitectónico ya que las líneas negras son perfectas y solo se pudo haber producido con un tipo de plumilla y tal vez un compás. Esta es la primera vez que el público puede admirar los cinco códices que se encuentran detrás de una vitrina de la planta baja de la Biblioteca Weston, el nuevo edificio de la Bodleian que alberga colecciones especiales. Algunos de los manuscritos que sobrevivieron la destrucción fueron conservados por diplomáticos y académicos ingleses, como Thomas Bodley, fundador de la biblioteca de Oxford, o William Laud y John Selden que donaron los libros a la colección universitaria. Los códices que están perfectamente conservados, con algunas erosiones en los pliegues, nunca han salido del Reino Unido, a excepción del Códex Selden que estuvo en una exposición en Los Ángeles, Estados Unidos, hace algunos años.