Morelia, Michoacán.- Saint-Exupéry tuvo una vida plagada de idas y vueltas, de subidas y bajadas y no por el hecho de haber abrazado el oficio de piloto. Fue el tercero de los cinco hijos de una familia de la aristocracia francesa. Su padre tenía el título de vizconde y como consecuencia, vivió una infancia feliz en las propiedades familiares aunque su padre murió cuando el cumplía la edad de cuatro años. Estuvo muy ligado a su madre, cuya sensibilidad y cultura lo marcaron profundamente y con la que mantuvo una voluminosa correspondencia durante toda su vida. Su vida Siendo niño, en 1912 realizó su primer viaje en avión y en su juventud intentó ingresar a la Fuerza Aérea pero se topó con la negativa de familiares y extraños que le aconsejaban dedicarse a otra actividad. Cuando llegó el año 1926 marcó un giro decisivo en su vida tras publicar la novela breve “El aviador”, al tiempo que obtuvo un contrato como piloto de línea para una sociedad de aviación. Mientras se desempeñaba como jefe de estación aérea en el Sahara español, escribió su primera novela en 1928: Correo del Sur. Después se trasladó a Buenos Aires, al ser nombrado director de la Aeroposta Argentina, filial de la Aéropostale, donde tuvo la misión de organizar la red de América Latina lo que le sirvió como inspiración para su segunda novela, “Vuelo nocturno”. En 1931, la bancarrota de la Aéropostale puso término a la era de los pioneros, pero Saint-Exupéry no dejó de volar como piloto de prueba y efectuó varios intentos de récords, muchos de los cuales se saldaron con graves accidentes: en el desierto egipcio en 1935, y en Guatemala en 1938. Durante la Segunda Guerra Mundial luchó con la aviación francesa en misiones peligrosas y tras la caída de Francia marchó a Nueva York, donde contó esta experiencia en Piloto de guerra (1942). En 1943 escribió El principito, la fábula infantil de contenido lirismo e ilustrada por él mismo, que le dio fama mundial. Saint-Exupéry emprendió su último vuelo el 31 de julio de 1944 en una misión de reconocimiento durante la Segunda Guerra Mundial. Al momento de su muerte, el francés ya había publicado cinco novelas. 10 frases por las que siempre recordaremos a Antoine de Saint-Exupéry el creador de "El Principito" -"He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos". – "No se debe nunca escuchar a las flores. Sólo se las debe contemplar y oler. La mía perfumaba mi planeta, pero yo no era capaz de alegrarme de ello". – "Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante". – "No era más que un zorro, semejante a 100.000 otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único". – "Por la noche mirarás las estrellas; mi estrella será para ti una cualquiera de ellas. Todas ellas serán tus amigas". – "Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, empezaré a ser feliz desde las tres". – "Por supuesto que te haré daño. Por supuesto que me harás daño. Pero ésta es la condición misma de la existencia". – "Uno se expone a llorar un poco si se ha dejado domesticar". – "Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos". – "Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños sólo porque uno de ellos no se cumplió". Con información de La Red 21 e Infobae.