Roberto Huitrón/ La Voz de Michoacán Los Reyes, Michoacán.- Desde la madrugada la lluvia no cesaba de tal forma que al amanecer húmedo en la tenencia de San Francisco Peribán, auguraba la suspensión de la 4ª jornada de reforestación en los bosque recién depredados por manos ambiciosas, sin embargo y dado que La Voz de Michoacán había sido invitada a asistir a esta jornada, donde había que recordar que la primera y la tercera jornada se habían suscitado acciones de intimidación y amenazas con armas de fuego hacia algunas autoridades de la comunidad indígena y a los dirigentes más visibles del movimiento de defensa del bosque, de parte de algunos de los ecocidas, que pretenden consumar el cambio ilegal de uso del suelo donde ya han sembrado cientos de aguacates, en áreas de uso común este medio se desplazó a la plaza principal de la tenencia, como este medio lo ha informado puntualmente. La primera sorpresa fue que a las 8:00 horas a pesar de la pertinaz lluvia, más de 100 personas donde había un número considerable de niños, estaban equipados con botas de hule impermeables palas, azadones, alimentos y agua; media hora después, cuando ya había más del doble de voluntarios, se tomó la determinación de espera a que amainara la lluvia para iniciar el escalamiento a la montaña (el cerro de San Francisco), donde se realizara la reforestación. A las 9:30 horas cesa la lluvia, los voluntarios reforestadores ya suman casi 200, abordan más de 20 camionetas todas de doble tracción y deciden partir al paraje conocido como “El Paso del Alicante”, enclavado en una cañada que para llegar a ella se tiene que llegar casi a la cima de la montaña, en una de las camionetas se transportan 6 mil 500 plantas de pino. La caravana de vehículos inician el acenso serpenteando una lodosa y empinada brecha, la gente principalmente los menores de edad disfrutan el viaje en su cara se refleja su estado de ánimo, van prevenidos con tacos de carne con frijoles y requesón, agua en tanto que algunos viejos comuneros llevan, “una tequila para el frio”, el paisaje es impresionante aún quedan enormes árboles de más de 35 metros de alto, que en esta ocasión se encuentran envueltos en la bruma. El olor fresco del bosque y la briza en la cara alerta la conciencia, de todos, se escuchan algunos cantos de los más jóvenes, se notan animados, después de más de casi una hora de ascenso se llega al lugar, este medio descubre que es el paraje visitado en el primer recorrido del día 6 de julio, sitio donde además haber sido talado se le prendió fuego. Los voluntarios comienzan a bajar de los vehículos y se comienzan a organizar por sectores, llegan con ganas, se distribuyen los mazos de 10 pinitos, vez más amedrentan con arma de fuego a autoridades comunales y dirigentes del movimiento en defensa del bosque de la tenencia indígena de San Francisco Peribán, este movimiento ha logrado en poco más de dos meses plantar 15 mil plantas de pino y remover a quienes estaban al frente de los cargos de presidentes de los comisariados del ejido y de Bienes Comunales, además del jefe de tenencia de San Francisco de Peribán, quienes fueron señalados ser los principales responsables del ecocidio en este lugar. Una de las dirigentes que ha sido constantemente amenazada tanto por vía electrónica (mensajes, WhatsApp, vía telefónica) e incluso directamente, “esto no se va a quedar así”, le lanzó aquel 24 de mayo, el entonces comisariado de Bienes Comunales, Francisco Zamudio Rosales, cuando las autoridades de los tres niveles de gobierno discutían los términos de la minuta de acuerdos para que se desbloqueara la carreta Peribán-Uruapan. Fue tan directa la amenaza en aquella ocasión ante representantes y autoridades de los tres niveles de gobierno, que el delgado de la Semarnat, Mauro Ramón Ballesteros Figueroa, manifestó al respecto, “Panchito contrólate, esto no lo debes de tomar personal”. Incluso en la asamblea del 20 de junio, donde fue removido el comisariado ejidal de San Francisco Peribán, Salvador Ayala Hernández, en esa reunión, Rubí González Rosales, asesora jurídica del ejido, denunció al que pocos minutos después sería destituido de su cargo, de haberla amenazada de muerte desde el teléfono del mismo Ayala Hernández, dando a conocer la grabación de la llamada a la vez que mostraba la hora de la misma y desde que teléfono se había realizado esa llamada, información rescatada desde la misma compañía de telefonía celular. Apenas el pasado domingo 17 de julio, luego de que se retiró el diputado local Pascua Sigala Páez, del paraje, “Las Milpas Viejas”, luego que éste había acompañado a los defensores del bosque de San Francisco Peribán, en el inicio de las jornadas de reforestación, los participantes voluntarios de la reforestación de esa primera jornada, fueron amenazados por 5 individuos dos de los cuales portaban armas cortas de fuego, siendo encabezados por quien se dijo abogado de dos supuestos “dueños”, también presentes ese día, amenazando con demandar a los defensores del bosque, por la acción de reforestar ese lugar recientemente devastado. Ahora en esta tercera jornada de reforestación, volvieron a ser amedrentados por un matrimonio (Jaime Castillo Velázquez y Angélica Zamudio Ayala) que portaban sendas pistolas. Estas personas primero amedrentaron y amenazaron al presidente del comisariado de Bienes Comunales y su suplente, Jesus Morales Rosales y Héctor Aguilar Romero, respectivamente, luego se dirigieron hacia Rubí Gonzáles Rosales, con las armas ya ocultas entre sus ropas, amenazando que dejaran de sembrar los pinos en “sus” tierras, donde hace no más de 15 días sembraron plantas de aguacate, dijeron los representantes del movimiento en defensa del bosque. Agregaron que los terrenos (aproximadamente 4.5 hectáreas), que reforestaban forman parte de las áreas de uso común, que fueron taladas hace aproximadamente dos meses, por lo que el matrimonio empistolado aun a sabiendas de que este terreno es de la comunidad y donde no se puede hacer cambio de uso del suelo, cuando ellos ni siquiera forman parte de la comunidad indígena. Lo que llamó la atención en este caso es que aun estando presentes dos elementos de seguridad pública municipal, a pesar de que el matrimonio fue señalado de portar armas y de que recién habían amedrentado y amenazado a las autoridades comunales, no hayan hecho nada para desarmarlos, y solo se dedicaron a tomar fotografías a los voluntarios de la reforestación, lo que molestó a estos, reclamándoles que mejor les tomaran las imágenes a la pareja armada y no a ellos. Finalmente la pareja se quedó en el lugar, por lo que los defensores del bosque temen que estas personas vayan a dañar los árboles recién plantados.