Horacio Erik Avilés Martínez En el marco de la serie de acciones de protesta que entablaron la CNTE y el STASPE en Morelia, realizadas con banderas de innegable legitimidad como son el impago salarial y de prestaciones a trabajadores, así como la crisis de la Dirección de Pensiones Civiles del Estado, es importante señalar que la ciudadanía michoacana cada vez está mayormente informada de las causas soterradas de las cúpulas de la Sección XVIII de la CNTE para realizar acciones de presión, como es el hecho de la serie de reclamos que se le hacen al actual Comité Ejecutivo Seccional respecto a su accionar y resultados, ya que se les acusa de colaboracionistas con el gobierno, llegando al extremo de pedir que se aplique la revocación de mandato con la cúpula actual. Esto les llevó a hacer causa en común con el STASPE, sindicato al que vituperaban y despreciaban hasta hace algunos años.El mecanismo de operación implicó realizar actos de coerción para que muchos trabajadores de la educación acudiesen obligatoriamente a marchar. Por supuesto, mostrar su nivel de movilización conllevó también amenazar al SNTE con un eventual bloqueo a su Congreso Seccional, que finalmente fue cancelado por parte de su administración central. Asimismo, presionar para obtener recursos para los programas bajo su control y subastar un posible apoyo político en torno al proceso electoral de 2018. En suma, la forma de hacerse notar de la CNTE dista mucho de ser un modelo de participación ciudadana a seguirse. Incidir en la vida pública implica formular política pública desde la ciudadanía, definir las estrategias y mecanismos, los cómos de la política pública, para cerrar la pinza con el acompañamiento y atestiguamiento social de la ejecución debida de las acciones respectivas. Es decir, construir gobernanza para tejer el entramado social que soporta y catapulta las acciones de desarrollo. En ese tenor, la oportunidad de los Consejos Escolares de Participación Social en la Educación no debe soslayarse para catalizar la construcción de gobernanza en el sistema educativo michoacano. El Consejo Estatal de Participación Social en la Educación (CEPSE) es la máxima figura de gobernanza que figura en la normatividad aplicable en la materia. Constituido por cincuenta consejeros honoríficos, opina, recomienda, acompaña, atestigua y propone respecto a la política pública estatal. Su reactivación, después de más de un año, ha sido recibida con agrado al interior, pero requiere de arropamiento institucional para alcanzar los resultados que se requieren en cuanto a concitar y organizar la participación ciudadana en el sector educativo. Al respecto, mucho dependerá del seguimiento al plan de trabajo para 2018 elaborado por el CEPSE, a la acogida que reciba éste por parte del titular de la SEE y del Gobernador del Estado. De las acciones programadas destaca la urgencia de construir un sistema de indicadores que sea actualizado mensualmente y difundido desde el portal electrónico oficial del CEPSE será de capital importancia. Todos los ciudadanos tenemos derecho a saber cómo vamos en la educación estatal y de esta manera conocer el cociente del costo/beneficio de los impuestos que tributamos al gobierno que son canalizados al sostenimiento de nuestro sistema educativo. Y para cerrar el ciclo, la presupuestación debida de recursos para atender las necesidades del CEPSE y su secretaría técnica serán el mejor barómetro de la vocación por fomentar la participación ciudadana de parte de la actual administración estatal, pudiendo constituir un legado que trascienda a su periodo gubernamental. Esperemos se aproveche la oportunidad de construir gobernanza y generar la ciudadanía participativa y vigilante, para que quede atrás el método de la contradicción de la CNTE y se transite de la protesta a la propuesta. Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles