Ciudad de México.- Con una guardia de voluntarios y el recorrido de 12 ambulancias con las sirenas encendidas alrededor del Hospital Central de Polanco, la Cruz Roja Mexicana conmemoró el 31 aniversario del terremoto de 1985. En la ceremonia participaron voluntarios quienes después del movimiento telúrico realizaron tareas de apoyo humanitario, entre ellos los socorristas Javier Heredia Fernández, Sergio Vázquez Cedillo y Manuel Garnelo García. Además, las enfermeras Estela Grande Barba y Silvia Martínez Méndez; el médico José Fernando Fernández y la trabajadora social, María Elena Sánchez Trejo. El evento inició con un minuto de silencio por las víctimas del terremoto y a las 7:19 horas sonó el timbre de alerta para rememorar cómo hace 31 años, comenzaron a sonar los teléfonos que solicitaban auxilio en el Centro de Control de llamadas ante el derrumbe de varios edificios en la capital del país. Acto después, las ambulancias con las sirenas encendidas comenzaron el recorrido alrededor del Hospital Central de Polanco, como en 1985, salían las ambulancias a socorrer a los heridos en la zona centro, en la Condesa, Tlatelolco y en la Calzada de Tlalpan, donde se registraron los mayores daños. En esta ceremonia participaron 45 voluntarios, 12 ambulancias y unidades de emergencia. La unidad número tres de la institución contaba con la imagen del apoyo de los socorristas de Cruz Roja con motivo del sismo de 1985 y en homenaje al pueblo de México que se sumó a las labores de rescate de las víctimas. Heredia Fernández destacó en entrevista posterior al evento que no se deben tomar a juego los simulacros que se realizan como parte de la cultura de la prevención ante fenómenos naturales como los sismos y que lo que más le marcó del momento fue ver gente morir solicitando ayuda. “Las únicas herramientas que teníamos en ese momento eran nuestras manos, sin picos, sin palas, para remover escombros, hasta horas después llegaron, la gente quería que rescatáramos a las personas fallecidas, pero nosotros nos enfocábamos en las personas aún con vida”, relató el voluntario de la benemérita institución.