Washington, DC.- A unos días del estreno de su película “Desierto” en Estados Unidos y en vísperas de las elecciones del 8 de noviembre, el joven cineasta Jonás Cuarón dice que le gustaría que fuera vista por el candidato presidencial republicano Donald Trump y por todo el país. La cinta, que representará a México en la categoría de Mejor Película extranjera en los Premios Oscar, narra la cacería humana de un estadunidense racista (Jeffrey Dean Morgan) contra un grupo de indocumentados en la frontera entre Estados Unidos y México. “Me interesaría que la viera Donald Trump, pero que la vea todo el mundo y aparte que la gente vea el video que hice sobre el anuncio de su candidatura. Es importante ver la violencia que hay en su discurso”, dice Cuarón en entrevista en Washington. Aunque el contenido de la cinta, que se estrena aquí el 14 de octubre, parece haber sido inspirado en el carácter central que asumió el tema de la migración indocumentada en las campañas presidenciales en Estados Unidos, Cuarón inició su proyecto hace una década. “Lo triste es que hace 10 años ya existía esa retórica en Estados Unidos. Esta retórica de odio al que es distinto no sólo hacia los mexicanos… lo que es preocupante es que la clase política lo ha legitimado”, comenta. El joven director, quien co-escribió con su padre Alfonso Cuarón el guión de la galardonada “Gravedad”, sostiene que de hecho el guión original de “Desierto” inspiró la cinta que le dio a su padre el Oscar como Mejor Director. “Su único comentario cuando leyó el guión original (de “Desierto”) fue: ‘yo quiero hacer algo así'. Lo adaptamos al espacio y de allí sale Gravity”, dice Jonás. Sólo la ubicación de las locaciones para el rodaje le demoró cinco años y decidió escoger para el personaje central de los indocumentados a Gael García Bernal, quien con humor se burlaba de que “Desierto” estaba demorando tanto que el tema iba a quedar anacrónico. “Lo triste es que antes de su estreno (en México) el año pasado, mi mujer, que es de Estados Unidos, me enseña un video donde Donald Trump anuncia su candidatura. Ahí me di cuenta que por desgracia el tema seguía siendo más relevante que nunca”, dice Cuarón. Pero la selección de García Bernal obedeció no sólo a sus dotes histriónicas, sino a que el director buscaba darle un rostro humano a los inmigrantes indocumentados. “Parte del problema de la migración es que se refieren al migrante como esta entidad sin cara, sin forma, del otro lado del muro, y para mí es muy importante crear un héroe. Gael es una cara que todo mundo reconoce e inmediatamente genera empatía”, dice Cuarón. La cinta, una combinación de “thriller” de suspenso y de película de terror, tiene como subtexto la personificación del inmigrante, no sólo el mexicano, como un héroe de carne y hueso. Por eso prefirió esa temática a las de los súper héroes de Hollywood. “El verdadero héroe es el migrante, lo que están haciendo es por las causas más nobles: sacar adelante a su familia y por ello son criminalizados. Para mí sus acciones son muy heroicas. con ‘Desierto', la idea es volver a un héroe, al migrante”, dice. Jonás, de 35 años, conoce bien Estados Unidos, donde ha vivido desde hace 20 años. Aunque su sueño era ser escritor, tomó la ruta del cine cuando se enamoró de una estadunidense fanática de la pantalla grande. Llegó a Vassar College siguiendo al amor de su vida. Reconoce que el apellido Cuarón pesa, porque su padre y su tío, Carlos Cuarón, son “pesados”, pero él simplemente los ve como sus “dos más grandes maestros”. Los dos se sorprendieron cuando Jonás decidió dirigir cine. Entre sus recuerdos más vivos de su infancia, antes de vivir en Estados Unidos, está cuando su padre lo llevó al rodaje de “Mi pequeña sirenita” cuando apenas tenía 10 años. Confiesa que entonces no le interesaba el cine, sino las 30 actrices de 11 años que participaron en la cinta. Jonás duda cuando se le pregunta cuál es la película favorita de su padre y se aventura por “Y tu mamá también”, porque marcó su adolescencia. Ahora, como realizador de “Desierto”, espera que la cinta aliente a los estadounidenses a visitar México. “Cuando surgen estigmas es que la gente se crea una idea errónea de lo que hay del otro lado de su burbuja, surgen porque no viajan, no conocen”, dice Jonás. “Si uno viaja por México o sólo con ver a los mexicanos que hay en Estados Unidos, es claro que son totalmente distintos a lo que dice Trump”.