Nueva York.- Los dos principales candidatos presidenciales de Estados Unidos, Hillary Clinton y Donald Trump, así como el moderador, el periodista Lester Holt, se preparan para el debate del lunes, que se espera sea el más visto en la historia de este país. Con una audiencia que podría superar los 100 millones, dos de los tres participantes del debate se preparan intensamente. Trump, en cambio, se prepara con menor devoción para el encuentro, en el que esencialmente actuará “como lo sienta”, lo que hasta ahora le ha sido favorable. De acuerdo con personas cercanas a las campañas de ambos candidatos presidenciales, consultados por el diario The New York Times (NYT), en tanto que la campaña de la demócrata Clinton ha dedicado los últimos cuatro días a pulir su estrategia, el republicano Trump se concentraría sólo durante el domingo para el debate. Varios informes de prensa han señalado que la gran incógnita que enfrenta Clinton en sus preparaciones es cuál de los diferentes aspectos de la personalidad de Trump deberá encarar en el debate auspiciado por la Universidad de Hofstra, en los suburbios de la ciudad de Nueva York. A juzgar por los debates durante la elección primaria, Trump podrá presentar dos facetas de su personalidad: uno, la más conocida, el agresivo combatiente que lanza insultos y que fanfarronea de sus supuestos logros como empresario como evidencia de su capacidad para gobernar un país. La otra faceta, más rara, es la de un rival más mesurado, que responde a las críticas con argumentos y que es capaz de proyectar una imagen de estadista y de autocontrol. En todo caso, tal como él mismo afirmó en entrevistas ofrecidas durante la semana, Trump hará “lo que sienta” en el momento. En ese sentido, el principal enemigo de Trump podría ser él mismo. Según el recuento del Times, Trump se rehusa a memorizar respuestas y a aprender nuevos datos e información que apoyen sus propuestas; además de que a su equipo le preocupa su capacidad para mantener la concentración durante los 90 minutos que durará el debate. “Trump puede aburrirse tanto con las preparaciones para el debate como con el debate en sí mismo. Sus consejeros han estado reforzando la importancia de que escuche y se enfoque en cada palabra que dice Clinton y que busque manera de contraatacar”, de acuerdo con el diario. Además de la dinámica que establezcan ambos candidatos, resultará clave el papel que juegue el moderador Holt, quien es el anfitrión del programa de noticias nocturnas del canal de televisión CBS. El papel de Holt será trascendental porque el debate del lunes será extraordinario. El encuentro entre ambos candidatos no será solamente un intercambio de visiones opuestas entre dos políticos, sino el encuentro entre la primera mujer candidata para uno de los dos principales partidos de Estados Unidos con un hombre que es ampliamente considerado como un mentiroso en serie. Muchas voces, incluida la campaña de Clinton, han pedido que Holt desmienta a Trump cada vez que él exprese una mentira obvia, como una que repite de manera constante para atacar a su rival: que él se opuso desde el principio a la guerra de Irak. Una de las más recientes ocasiones en que Trump manifestó esta mentira fue en un encuentro público a principios de septiembre, en que el moderador, el periodista Matt Lauer, guardó silencio ante la declaración. Posteriormente, Lauer fue atacado por numerosos de sus colegas. Las mentiras recurrentes de Trump, como atribuir a Clinton el inicio del rumor de que el presidente Barack Obama no había nacido en Estados Unidos, se han convertido en el centro del debate sobre el papel que deben jugar los periodistas, y los moderadores, ante estas declaraciones. En todo caso, Trump ya ha comenzado a urdir una estrategia, una mentira, para intentar neutralizar la posibilidad de que Holt pudiera desmentirlo durante el debate del lunes. Pese a que su campaña aceptó inicialmente a Holt como moderador, Trump se quejó posteriormente de que la selección había sido injusta debido a que el periodista es simpatizante del Partido Demócrata, lo que es falso. Holt es un republicano registrado. Así, en el encuentro del lunes, que podría representar un momento definitivo en una de las campañas más divisivas de la historia moderna de Estados Unidos, serán tan importantes los argumentos de Clinton como la capacidad de concentración de Trump y el papel del moderador.