Beijing.- China se propone convertirse en una superpotencia del fútbol mundial con miras a organizar una Copa del Mundo en 2050, y para ello impulsa un plan que prevé una inversión superior a los 800 mil millones de dólares en la próxima década. Además, los clubes de la Superliga china buscan hacerse de grandes figuras del futbol mundial a base de sumas millonarias de dinero, por lo que han lanzado ofertas extravagantes por Lionel Messi, por Cristiano Ronaldo y por Neymar. El año pasado, la liga china gastó más de 400 millones de dólares para comprar estrellas extranjeras provenientes de Europa y América del Sur con contratos que rondan los 40 millones de dólares al año. El argentino Carlos Tévez fue contratado por dos temporadas por el Shanghái Shenhua, a cambio de 80 millones de dólares con lo que se vuelve el jugador mejor pagado del mundo. Más aún, el equipo español Real Madrid ha recibido ofertas por el jugador colombiano James Rodríguez que superan los 100 millones de euros. Entre los equipos que están dispuestos a tirar la casa por la ventana por James figuran el Hebei, que dirige el argentino Manuel Peregrini, el Guangzhou, del brasileño Luis Felipe Scolari, y el Shanghái Shenhua, que entrena el charrúa Gustavo Poyet. De forma paralela, el gobierno de Pekín y la Federación China de Futbol lanzaron el año pasado un plan que tiene como objetivo que el país sea una "superpotencia mundial de futbol" en 2050. Para lograrlo van a invertir en infraestructuras para tener ese año al menos 50 mil escuelas y 70 mil canchas de futbol en todo el país, con la idea de producir unos 100 mil jugadores. Formar al siguiente Ronaldo o Messi se ha convertido en un proyecto nacional en China donde el aficionado número uno, el presidente Xi Jinping, está decidido a transformar al país en una gran potencia futbolística. El presidente Xi Jinping desea que China participe en otra Copa del Mundo, organice un Mundial y lo gane dentro de 15 años. Actualmente, la selección China de fútbol ocupa el puesto 81 de 204 países en el ranking de la FIFA, por debajo de naciones mucho más pequeñas como Haití, Panamá y Benín.