Héctor Tapia / La Voz de Michoacánl. Morelia, Michoacán.- Cami tiene apenas 4 meses de que nació. Es una de los 13 niños en todo el estado que vive con su mamá en los Centros de Readaptación Social (CERESO) en el estado de Michoacán. La recién nacida, aún en brazos de Yoani, su mamá, mira curiosa desde afuera de las instalaciones de la Estancia Infantil, que se encuentra en el área femenil del penal “David Franco Rodríguez”, mejor conocido como Mil Cumbres. El proceso de Yoani sigue su curso desde hace tres años, está acusada de secuestro y portación de armas de fuego. A ella, asevera, le achacan un delito que no cometió. Aún espera una sentencia. Es una de las 243 mujeres que están recluidas en los distintos centros penitenciarios de la entidad. Como todas, tiene una historia que contar. Los niños que crecen al interior de las altas bardas y múltiples mallas ciclónicas, si les toca estar ahí desde que nacen, no ven con prejuicios el lugar; para ellos es normal el paso constante de custodios y los barrotes de las celdas. Tienen que dejar estos lugares una vez cumplidos los 4 años, ya no pueden quedarse con sus mamás; si éstas tienen familiares afuera, ellos podrán hacerse cargo de los pequeños. “Niños Invisibles”, les llama la diputada Andrea Villanueva Cano, quien recientemente presentó una iniciativa por medio de la que pretende reformar dos disposiciones legales para brindarles mayor respaldo a estos niños que por circunstancias ajenas a ellos les tocó crecer en estos lugares donde están confinadas sus madres, algunas ya sentenciadas, otras apenas en proceso de que se les defina su situación jurídica. Como el caso de Yoani. Mientras la diputada considera que hay centros penitenciarios en el estado donde las condiciones no son adecuadas, y que el único lugar donde hay una atención un poco más completa es la de Mil Cumbres; el coordinador del Sistema Penitenciario del estado, el general José Candelario Jaime Contreras López reconoce que aún hay aspectos en los que se tiene que avanzar, renglones que se gestionan actualmente. La larga y ‘pesada’ espera… En mayo, Yoani habrá de cumplir tres años de que fue aprehendida y acusada por los delitos de secuestro y portación de armas de fuego. Fue detenida en la Ciudad de México. Asegura que es inocente de los delitos que se le imputan. El proceso legal de su defensa ha sido “muy largo”, y a la vez ha sido difícil. Tiene tres hijos. El mayor tenía alrededor de 7 años cuando fue detenida; cuando fue recluida ya estaba embarazada de una niña, la que nació al interior y que ahora, al igual que su otro hijo, están al cuidado de sus familiares, mientras enfrenta su proceso. Cami, su tercera hija, está con ella. La tiene en brazos, a sus escasos 4 meses lo único que hace es observar lo que pasa a su alrededor, sin saber lo que pasa. A Yoani le visitan sus papás de forma constante; su encarcelamiento fue porque “querían una culpable, dice, y a mí me cuadraron los delitos”, asegura. Para más información consulte la edición impresa del 23 de febrero