AP / La Voz de Michoacán Londres. El bebé británico afectado por una enfermedad genética incurable y que atrajo los reflectores a nivel internacional y la atención del papa Francisco y el presidente de Estados Unidos Donald Trump falleció el viernes tras retirársele el soporte vital, de acuerdo con una persona allegada a los padres. Charlie Gard sufría de una rara enfermedad genética llamada Síndrome de Agotamiento de ADN Mitocondrial, tenía daños cerebrales irreparables y no podía respirar por su cuenta. Habría cumplido un año la próxima semana. Sus padres, Connie Yates y Chris Gard, juntaron más de 1,3 millones de libras (1,7 millones de dólares) para llevarlo a Estados Unidos a fin de que recibiera un tratamiento experimental que creían prolongaría su esperanza de vida, pero los doctores del bebé en el hospital Great Ormond Street se opusieron. Dijeron que el tratamiento no lo ayudaría y que solo le iba a causar más dolor. La disputa terminó en manos del tribunal. El caso se volvió un catalizador de debates sobre el financiamiento de la salud pública, la intervención médica, el papel del Estado y los derechos de los niños. Después de meses de peleas jurídicas, el juez Nicholas Francis emitió la orden el jueves de que Charlie debía de ser trasladado de un hospital a un hospicio y ser desconectado de su soporte vital, luego de que sus padres y el hospital donde lo habían atendido no llegaran a un acuerdo sobre un plan para finalizar la vida del bebé.