Ciudad de México.- “El viejo Roth”, de Juan Galván Paulin, tiene como telón de fondo a la Ciudad de México en la década de 1940. El recuerdo de los asesinatos de “El Chacal de Tacuba” aún está fresco en la memoria de mucha gente cuando aparece el cadáver de un hombre en las escaleras de granito negro de un edificio. Es una construcción alzada bajo el estilo Art Decó en la colonia Condesa. “Ruy Beda”, un detective por necesidad y poeta por destino, es el encargado de desentrañar el misterio que lo conducirá a un interminable laberinto de calles y bibliotecas en una realidad donde se entreveran las barriadas de Popotla, San Rafael y La Merced, tan animada como única. Esa mezcla crea una suerte de paisaje que evoca las callejuelas de Samarcanda, Isfahan o Bucarest para llevarlo en medio de un delirio a la búsqueda de una mujer extraviada en el tiempo, a la que cree recuperar a través de la vida de “El viejo Roth”, el tipo asesinado en Huichapan, 22. ¿O sería, acaso, en la húmeda escalinata de un edificio en Amsterdam? ***** “Demiurgo”, con subtítulo “Un beso y el infierno”, de José Luis Trueba Lara, novela en la que tres guerreros unen sus caminos para enfrentar al poder de la oscuridad. Ellos son tres sobrevivientes del dantesco sitio de la ciudad de Kamal, mermada por la impiedad y por la peste. Unen sus vidas para luchar contra el mal, cada uno por sus propios motivos: Un guerrero valiente y de naturaleza fiera, un vampiro sin absolutamente nada que perder en este mundo, y una chica ante la mayor encrucijada de su vida, pues las maquinaciones de la “Oscuridad” buscan engendrar en ella al elegido para sojuzgar al mundo, y la mayor batalla radica en combatir sus planes de seducción; la pureza existe para ser mancillada. Engendrado por la peste y la guerra, “El Profeta” llega con sus sanguinarias ejércitos de guerreros hasta la última frontera, las murallas de Kamal. Su meta es cumplir la profecía de los libros sagrados: Derrotar a su rival en Meguido, ciudad donde lo espera la causante de la guerra, aquella joven virgen quien ha de concebir al hijo del dios de los “Nasara”… ***** “El secreto de Black Rabbit Hall”, de Eve Chase, una novela con sólo cuatro elementos, pero no por ello menos interesantes: Una familia. Un secreto. Un verano trágico. Cuatro vidas que cambiaron para siempre. Es 1968 y para “Amber Alton”, los veranos en Black Rabbit Hall, la hermosa y vieja mansión familiar en la costa de Cornualles, son perfectos. Los días pasan entre paseos por el bosque y atardeceres lindos. Pero un día de tormenta, todo cambia. La idílica infancia es demolida de tajo, de un solo golpe. Tan intensamente unidos por la desgracia, crecen deprisa, y con la llegada de una glamurosa desconocida y su hijo, las lealtades de los “Alton” se pondrán a prueba y estallarán deseos prohibidos. Más de 30 años después, “Lorna Smith” y su novio recorren la campiña de Cornualles en busca del escenario perfecto para su boda. De forma inesperada llegan a un viejo caserón donde la madre de ella la llevaba de pequeña y que inexplicablemente la atrae. Entonces, descubre un inquietante mensaje grabado en el tronco de un árbol. Ahí inicia lo turbador. ***** “Eres hermosa”, de Chuck Palahniuk, es una suerte de retrato satírico de la misoginia, la fama, el mundo de la moda, la autoayuda y la ciencia. Una descarada burla social sobre el consumo de masas que desafía los límites de lo extremo, examinando en las apocalípticas posibilidades del marketing para el placer femenino en un mundo que reemplaza maridos. Tras salir de Nebraska con la idea de triunfar como abogada en la Gran Manzana, “Penny Harrigan” se queda estancada como chica de los cafés y los recados en un famoso bufete de abogados de Manhattan. Nunca ha dejado de ser una joven de pueblo, con un físico de lo más corriente y una vida amorosa nula. Así es ella, y ella así lo sabe bien. Por ello, “Penny” no da crédito a su suerte cuando la invita a cenar “Linus Maxwell”, el multimillonario y magnate tecnológico, y codiciado soltero de oro al que la prensa llama “El Gran Clímax”. Tras una cena en un exclusivo sitio de Manhattan, “Penny” acaba en la habitación de un hotel de París, sin saber que él tiene un interés, que no es el amor. ***** “EnamorArte”, de Natalia Pereira, es un ramillete de láminas de mediano formato para colorear y (no) pensar en uno mismo (a). Se erige desde ahora como una juvenil salida, fresca y sugestiva, para los impulsos creativos del amor y el desamor. Es en realidad un libro para “Valentinas” y “Antivalentinas” que observan al amor con cierta singularidad. ¿Cuántas chicas enamoradas no han pasado horas garabateando y dibujando cientos, o miles de motivos románticos en sus apuntes? “EnamorArte” ofrece un medio totalmente actual para dar rienda suelta a esos tan naturales impulsos que tarde o temprano todos los seres humanos, con sangre en las venas, llegan a experimentar de una manera o de otra. Ideal para recrearse en amores (y desamores). Para amores dulces, colorear sin salirse de la raya; para amores locos, mejor con los ojos cerrados; para corazones rotos, tiritas de colores; para amores eternos, con rotulador permanente; para desamores, borrón y cuenta nueva, dice Pereira (1983), diseñadora gráfica nacida en Castellón radicada en Barcelona.