Nadia Angeles / La Voz de Michoacán. El fuego de la cocina michoacana fue la flama que encendió los fogones de la gastronomía mexicana para ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, a siete años del nombramiento recordamos con sus protagonistas aquel momento y la evolución que ha tenido el arte culinario que salió de las “parhanguas” –cocinas- purépechas. “La cocina tradicional mexicana, cultura comunitaria, ancestral y viva - El paradigma de Michoacán” es el título de la investigación que se presentó en la UNESCO para demostrar que los platillos de México son de primer mundo y sobretodo que nuestra gastronomía mantiene los secretos prehispánicos que se han pasado de “boca en boca”. El 16 de noviembre del 2010, una pequeña comitiva de cocineras tradicionales de Michoacán y Oaxaca, el Conservatorio Cultural de la Gastronomía Mexicana, delegados de turismo de Michoacán y México se dieron cita en Nairobi, Kenia para buscar el nombramiento de la UNESCO. Para Juana Bravo, de la comunidad de Angahuan y Antonina González de Ihuatzio, de la ribera de Pátzcuaro este viaje marcaría el principio de sus carreras y pasarían sus nombres a la historia. Un viaje muy largo Juana Bravo, mejor conocida como Juanita, hace siete años, apenas empezaba aprender el español, así que cuando la invitaron a representar a México en Kenia, ella desconocía qué significaba eso. “Yo no hablaba bien español, entonces no entendí cuando me invitaron a cocinar a otro lado, creí que me llevaban de paseo”, refiere un tanto apenada la maestra cocinera de Angahuan. Para más información consulte la edición impresa del 19 de marzo
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