Nadia Angeles/La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán.- A cualquier punto que vayas de Michoacán es digno de una postal, pero no es sólo con los ojos como se enamora, sino con el estómago y nuestro estado está listo para “comerse”. Nuestro territorio abarca 113 municipios y cada uno guarda su propia historia, nuestros antepasados nos han dejado “migajas de pan” para explorar nuestra riqueza; pero están escondida entre los paisajes de playa, bosque, lago, zona arqueológica y en el aleteo de la Mariposa Monarca. Si dividiéramos a Michoacán en un gran pastel, obtendríamos siete regiones, distribuidas en Región Costa, Región Tierra Caliente, Región Zamora, Región Pátzcuaro, Región Morelia, Región Uruapan y Región Oriente, esto según la Secretaría de Turismo del Estado. Su división no es casualidad Las mencionadas zonas además de ofrecernos vistas espectaculares, climas variados, flora y fauna diversa, también nos regala una gran riqueza gastronómica, pues la antigüedad y aún en nuestros días ‘madre naturaleza’ era quien dictaba qué se cocinaba, dependiendo de la época. Por ejemplo, en época de lluvia, cuando ya pasó la siembra del maíz, la cocinera tradicional Edith Martínez de Uruapan nos cuenta que es común preparar el delicioso atole de grano, bebida cuyo ingrediente principal es el anisillo (o anís purépecha), hierba que abunda por el cambio de clima. Y es que Michoacán “adereza” la cocina mexicana, con el conocimiento de las cocineras y los cocineros tradicionales que no sólo se limitan a la etnia purépecha, sino también por nuestras venas corre sangre mazahua, otomí y náhuatl. Así es como se explica que mientras en el Oriente del estado hay una gran variedad de moles y en la Meseta Purépecha se limita sólo al mole rojo, en ambas zonas son deliciosos. Para más información consulte la edición impresa del 22 de marzo