Aunque son varios los puntos erógenos del cuerpo femeninos, aquí te presentamos los 10 que, a decir de los especialistas, son de los más importantes y coincidentes en la anatomía de las mujeres. Para romper con los mitos de que la zona pélvica es la única que puede dar placer a la mujer, te compartimos el top 10 de las zonas que "derriten" a las féminas. La boca Una relación comienza con un beso y es lo primero que debes hacer que le guste a una mujer. Un buen beso delata como puedes llegar a ser en la cama. Si ese beso es sensual y estimula a la mujer podrás conseguir que acabe rendida a tus pies. Los labios y la lengua son muy sensibles y provocan un alto grado de excitación en la mujer llegando, no solo, a encender todo su cuerpo sino a producir un efecto directo e inmediato de excitación de sus órganos genitales. Parte alta de la espalda El cuello, los hombros y la nuca de una mujer no son partes desconocidos para un hombre. De hecho, a lo primero que van cuando tienen un momento íntimo con una mujer es al cuello, pero no siempre consiguen los efectos deseados. No se trata de ir a morder cual vampiro, sino de excitar a tu pareja con besos y caricias delicadas y sensuales. Si consigues que ella se estremezca de placer con tan solo rozar tus labios con la piel de su cuello, habrás conseguido encontrar uno de sus puntos erógenos. Recuerda, no se trata de ir a devorar, sino que cuanto más sensual y sutil seas más placer le estarás proporcionando. Prueba primero con besar su cuello, pasa a la nuca y finaliza en los hombros, aunque esto solo acaba de empezar. Las orejas Soplando y besando las orejas de una mujer harás que el placer fluya por todo su cuerpo. Al igual que el cuello, las orejas también son los puntos del cuerpo humano más utilizados por los hombres para estimular a la mujer. Susurrar, besar y soplar: ese es el procedimiento para que una mujer consiga alcanzar el umbral del orgasmo. Los lóbulos son altamente sexuales ya que aumentan su tamaño mientras se mantienen relaciones. Si los mordisqueas y lames delicadamente conseguiras excitar al máximo a tu pareja. Manos y codos La parte interna del codo es una de las zonas erógenas que, en combinación con otras, puede proporcionar gran placer. Si eres de los que te gusta jugar y hacer disfrutar a tu pareja innovando con cosas nuevas prueba esto: roza con tus dedos o con tu lengua la parte interna del codo. Baja lentamente dando besos muy sutiles por el antebrazo y acaba en los dedos de la mano. Verás cómo tu pareja comienza a excitarse y pide que se lo hagas más veces. Combina esto con caricias en otras partes del cuerpo para estimularla más. Las manos cuentan con más de 40.000 terminaciones nerviosas. Juega con las manos de tu pareja, hazle cosquillas en las palmas, bésale los dedos y rózalos con tu lengua. Esta sensibilidad hace que tu comience a ponerse a tono. Los muslos, las ingles y los tobillos Los muslos y las ingles son dos de las partes del cuerpo más sensibles debido a su cercanía a los genitales. Para estimular esta parte del cuerpo sólo tienes que utilizar tus manos y tu boca. Los muslos son una de las partes ideóneas para comenzar a estimular a tu pareja antes de pasar a la acción. Besa y pasa la lengua por las partes internas y traseras del muslo. Luego ve bajando hasta las rodillas y seguidamente a los tobillos. Los tobillos son rara vez explorados por los hombres, así que si te atreves prueba a hacer disfrutar a tu pareja estimulando esta zona. Verás como le gustará tanto que te pedirá que lo repitas. Ombligo y parte baja del vientre Besar esta zona requiere un alto grado de complicidad con la pareja, puesto que conforme vayas bajando la mujer se irá excitando mucho más. Puedes optar por besar o acariciar su piel con tu lengua y tus labios. Esta zona del cuerpo humano está repleta de terminaciones nerviosas, así que tomatelo como unos preliminares antes de pasar a la acción. Además de excitar también provocará una sensación similar a las cosquillas, así que si no quieres que muera de un ataque de risa o le llegue a resultar incómodo, procura hacerlo lenta y sutilmente. La cabeza y el pelo Muchos hombre no lo saben pero tocarle la cabeza a una mujer mientras estáis practicando relaciones sexuales aumenta considerablemente el placer. La cabeza está repleta de terminaciones nerviosas y un masaje en el cuero cabelludo produce un relax muy placentero. No se trata de estar masajeando la cabeza como si estuvieras amasando pan, sino que mientras la besas puedes entrelazar tus dedos con su pelo y apretar tus pulgares y las yemas de los dedos sobre la cabeza. Aplicar esto al principio de la relación sexual hará que la mujer se estimule y arda en pasión. Por el contrario, si lo haces al finalizar conseguirás que se relaje al máximo. Pies Al igual que las manos, los pies tienen multitud de terminaciones nerviosas que si saben estimularse pueden llegar a excitar mucho tanto a la mujer como al hombre. Si quieres encontrar este punto erógeno en la mujer y proporcionarle sensaciones placenteras intercala las cosquillas en los pies con besos y caricias sensuales. Estos movimientos harán que tu pareja comience a ponerse a tono. También puedes optar por un masaje, pero eso quizás será más apropiado para otro momento del día. Al principio puede dar algo de pudor ya que a mucha gente no le gusta tocar pies ajenos ni que se los toquen, por mucho que sean los del amor de tu vida. Pero si no eres de esos/as, los pies pueden ayudar mucho a la relación sexual. La espalda La espalda alberga también multitud de puntos erógenos, desde la parte alta a la parte baja. A los lados de la columna vertebral se localizan una serie de nervios que pueden estimularse tanto manual como oralmente. Si quieres comenzar a hacer sentir placer a tu pareja dale un masaje estimulando estas zonas del cuerpo. Este masaje no consiste en hacerlo profundo y distendido, sino de estimular su cuerpo con caricias, haciendo lineas imaginarias en su espalda con la lengua o pegando pequeños e inocentes mordisquitos. Pecho y clavícula Los pechos de una mujer son altamente sensibles al contacto con la piel de un hombre. Los senos pueden ser estimulados de muchas maneras ya sea tocando, besando o lamiendo. Los pezones son también muy sensibles. Lo normal es que un hombre vaya como loco a por ellos, pero existe otra parte que también se puede estimular. Se trata de la clavícula, la parte que hay entre el cuello y el pecho. Si pasas tu lengua sobre su clavícula verás cómo se excita incluso mucho más que rozando su pecho, aunque puedes combinar ambos puntos para que ella disfrute más. Esto de acuerdo a información de especialistas, publicada por el portal Vanguardia.