Vallarta, físico mexicano que no tenía rival en fama y prestigio

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Ciudad de México.-El científico mexicano Manuel Sandoval Vallarta, pionero de la física en este país y en toda América Latina, es recordado a 40 años de su muerte, ocurrida el 18 de abril de 1977, principalmente por sus aportaciones a la física teórica, en especial a la de los rayos cósmicos.

Sandoval Vallarta nació el 11 de febrero de 1899, en el seno de una familia de buena posición social y económica, lo que facilitó que Manuel tuviera una buena educación y desde pequeño fuera enviado a estudiar al extranjero, señala una biografía publicada por la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

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El sitio “historia.com” destaca sus estudios en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde obtuvo el título de Ingeniero Eléctrico y más tarde el grado de doctor en Ciencias, en la especialidad de Física Matemática.

Después, gracias a la Beca Guggenheim estudió en Berlín, Alemania, donde tuvo la oportunidad de ser estudiante de Relatividad General con Albert Einstein, Teoría Electromagnética con Max Planck, y Mecánica Ondulatoria con Erwin Schrödinger.

En 1932 regresó a su alma mater para formar parte de los profesores de la universidad. Ahí, tuvo la oportunidad de trabajar con el físico belga Georges Lamaître -creador del modelo del Big Bang, y otras celebridades como Oppenheimer, el padre de la bomba atómica.

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Cuentan que fue en la década de 1930 cuando el científico formuló la teoría sobre la trayectoria de los rayos cósmicos al acercarse a la tierra.

La radiación cósmica estaba constituida por partículas cargadas eléctricamente que eran desviadas por el campo magnético terrestre, así que no cabía duda de su naturaleza eléctrica, pero el signo de la carga era una incógnita.

Con la finalidad de determinar por fin el signo de la carga, Sandoval Vallarta decidió probar empleando dos contenedores Geiger para medir la intensidad de los rayos cósmicos provenientes del este y el oeste.

Así, si la intensidad del oriente resultaba mayor, significaría que la carga era negativa, pero si la intensidad del poniente era mayor, la carga resultaría positiva.

Aunque otros científicos ya habían intentado comprobar esta teoría, ninguno había tenido éxito. Fue entonces que Sandoval argumentó que el experimento debía hacerse en un lugar en el que el campo magnético tuviera efectos apreciables.

Fue así que el científico propuso a la Ciudad de México como lugar idóneo para el experimento, que finalmente se llevó a cabo en la azotea del Hotel Geneve, comprobando que la radiación cósmica primaria, estaba constituida en su mayoría por partículas con carga positiva.

En 1942, Sandoval Vallarta multiplicó sus visitas a México pues se había casado con una mexicana y en el país algunos de sus amigos rondaban los círculos del poder, da cuenta el portal electrónico “ensayistas.org”.

En particular, dicen, su amigo Jaime Torres Bodet, con quien emprendería algunos proyectos de consideración, ocupaba un alto cargo en la administración de Manuel Ávila Camacho y pronto accedería a la cartera de Educación Pública.

Ya asentado en México, el físico desempeñaría cargos públicos como el de presidente y vocal Físico-Matemático de la Comisión Impulsora y Coordinadora de la Investigación Científica.

Además fue director del IPN, entre 1944 y 1947, miembro de la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1946 y secretario de Educación Pública de 1953 a 1958, entre otros puestos importantes.

Trabajó a lado de políticos y diplomáticos mexicanos para promover la firma del Tratado de Tlatelolco e impulsar el desarrollo de la investigación de base y tecnológica sobre este campo en el país.

Manuel Sandoval Vallarta murió el 18 de abril de 1977, a los 78 años, dejando tras de sí su legado científico que acompaña a la historia de este país.