Arturo Molina/ La Voz de Michoacán Uruapan. Uruapan, Zirahuén, Pátzcuaro, Zacapu y Tacámbaro presentan escandalosos niveles de deforestación, en los que además, continúa el crecimiento incontrolado de instalación de huertas de aguacate, berries, y otros frutos en terrenos de vocación forestal. A través de un recorrido aéreo, el equipo de La Voz de Michoacán, comprobó que los bosques de la región de la Meseta Purépecha han sido devastados por los incendios forestales y por la actividad agroalimentaria de la región. Con el sol recién salido, la aeronave despegó de un helipuerto situado al sur de la capital michoacana. A los pocos minutos del despegue, aun en Morelia, se comenzaron a avistar los primeros vestigios de lo que alguna vez fueron bosques de pinos y encinos y que sirvieron como regulador climático y autenticas “fabricas de agua”, y que ahora, por mano del hombre, son colinas secas y áridas. Conforme nos adentramos al estado, en dirección a Pátzcuaro, el daño fue cada vez más evidente. Cortadas de manera simétrica, y adentradas en los bosques lejos de las carreteras, las huertas de frutos y las extensiones de tierra taladas o quemadas aumentaron considerablemente en su extensión. La intensa neblina, el paisaje nublado, no fue impedimento para que el equipo gráfico de periodistas, constara que en la región del lago de Zirahuén, la superficie boscosa de sus alrededores fue desmontada, y en su lugar ahora se encuentran parcelas de lo que parecer ser trigo y maíz, así como arboles que desde lo alto aparentan ser del llamado “oro verde”, es decir, de aguacate. La región productora de Pátzcuaro y de Uruapan, reconocida por su importante producción aguacatera y de berris, cuenta con las tiradas mas largas de llanuras de huertas, las cuales casi se pueden llegar a perder a simple vista de la incesante extensión a la que han llegado. Un punto que sin duda consternó tanto a los comunicadores como al piloto de la aeronave, fue la región de Zacapu. En esta zona, el humo emanante de los cerros vaticinó el escenario advertido por las autoridades de la Mesa de Seguridad Ambiental; decenas de cerros devastados e incinerados por recientes incendios forestales. A solo unos cuantos cientos de metros de una conflagración, se observaron personas instalando las conocidas “ollas de agua”, y estableciendo senderos de abastecimiento para lo que parece, en algunas semanas se convertirá en huerta de algún fruto de exportación. Para más información consulta la edición impresa de tu periódico La Voz de Michoacán, este 26 de mayo de 2017.