Islamabad, Pakistan. Al menos 57 personas murieron y más de 300 resultaron heridas tras el doble atentado explosivo perpetrado contra un mercado en las áreas tribales del noroeste de Pakistán, según el último recuento difundido hoy por las autoridades locales. Las explosiones se produjeron cuando las personas estaban ocupadas en las compras para Iftar y Eid en la zona de Turi Bazar, cerca de una terminal de autobús lleno de gente en Parachinar, capital de la región tribal de Kurram. La segunda explosión tuvo lugar cuando la gente corría para proporcionar ayuda y rescatar a los heridos de la primera explosión. La administración política confirmó que 45 personas murieron y al menos 300 resultaron heridas en las explosiones, reportó el canal Geo News. Entre los heridos, alrededor de 12 personas fallecieron en la mañana del sábado a causa de las heridas, según las fuentes de rescate. Otras 62 heridos se encuentran en estado “crítico”, por lo que fueron trasladados a un centro médico de la ciudad de Peshawar. 78 de los heridos han sido dados de alta. El viernes, apenas dos horas antes de que el imán llamase a romper el ayuno como parte del mes sagrado de Ramadán, que está a punto de concluir, una doble explosión con unos pocos minutos de diferencia sacudía un concurrido mercado en Parachinar. Como ocurre estos días en todos los lugares de mayoría musulmana, los habitantes de Parachinar apuraban los preparativos y compras de última hora en los bazares para la celebración el lunes de la importante festividad de Eid-ul-Fitr, que marca el fin de Ramadán. En un trágico día para Pakistán, esa acción se produjo horas después de que un atacante suicida hiciese volar por los aires un vehículo cargado de explosivos en la entrada de un cuartel policial en Quetta, capital de la provincia de Baluchistán. Cargado con entre 75 y 80 kilogramos de explosivos, la furgoneta bomba acabó con la vida de 11 personas y dejó heridas a otras 25, explicó en su informe el Equipo de Desactivación de Bombas del Ministerio de Interior paquistaní. Aunque la violencia en Pakistán ha disminuido considerablemente los últimos años a raíz de dos operaciones militares lanzadas por el Ejército paquistaní, las áreas tribales y Baluchistán siguen siendo las zonas más azotadas por la insurgencia en el país. Pakistán lanzó en febrero un operativo militar en todo el país contra los insurgentes, bautizado como operación Radd-ul-Fasaad (Eliminación de la discordia, en árabe). La ofensiva es una continuación de otra operación que se puso en marcha en las zonas tribales en junio de 2014 y con la que el Ejército asegura haber abatido a tres mil 500 insurgentes, una cifra no comprobada independientemente.